EL MUNDO
› GIULIANI DEJO AYER LA ALCALDIA DE NUEVA YORK
Una manzana ya no tan grande
Por David Teather *
Desde Nueva York
El discurso inaugural de Michael Bloomberg ayer como alcalde de Nueva York fue solemne. Tuvo lugar en la escalinata de la Municipalidad, a menos de un kilómetro y medio del devastado lugar del World Trade Center. Pero la destrucción física de las torres y sus ocupantes por los ataques terroristas de setiembre es sólo parte de la carga que enfrenta este republicano de 59 años, pues asume su tarea en el momento quizás más crítico de la historia moderna de la ciudad. Sus deudas han crecido desde los ataques y Bloomberg dijo que iba a tener que reducir el personal en un 20 por ciento. Instó a otras dependencias del gobierno a que hicieran lo mismo. El pronóstico para Nueva York es tener un déficit en el presupuesto de hasta 4800 millones de dólares este año.
El alcalde saliente, Rudolph Giuliani, continuará proyectando su poderosa sombra política. El discurso de Bloomberg fue su oportunidad para afirmar una nueva identidad. Puede ser una medida de su éxito que los comentadores hayan expresado sorpresa porque utilizó el evento para hacer declaraciones potencialmente impopulares sobre ajustes de cinturón. Pero la dificultad de mantenerse fuera de la sombra del alcalde saliente fue evidente cuando Giuliani, que ganó un status casi legendario por su conducta durante y después del 11 de setiembre, recibió una ovación de pie. Se supone que Bloomberg tendrá un presencia menor que ese hombre que se hizo conocido como el “alcalde de las 24 horas”.
Identificó como sus prioridades escuelas, viviendas y la reducción del crimen, pero se comprometió a que no hubiera más aumentos de impuestos. “Debemos hacer más con menos”, dijo. “No podemos aumentar los impuestos, debemos encontrar otra manera. Yo haré mi parte para balancear el presupuesto. No podremos darnos el lujo de tener todo lo que queremos o lo que actualmente tenemos”. Le pidió a Washington que aportara los miles de millones que había prometido en ayuda, y dijo que las diferencias partidarias debían dejarse de lado. También les pidió a las corporaciones que no abandonaran a Nueva York. “Nueva York es el mejor lugar del mundo para hacer negocios, y a nuestros líderes empresarios les pido que fortalezcan su compromiso. Este no es el momento de abandonar a la Gran Manzana. Nueva York es segura, fuerte y abierta a los negocios”.
El tono del evento fue discreto: la fiesta de después tuvo poco del resplandor acostumbrado de Bloomberg, ofreciendo sólo sandwiches y galletitas. El discurso fue precedido el lunes por la jura de asunción, que Bloomberg hizo ante el escribano de la Municipalidad, Victor Robles. El empresario millonario entregó los 15 centavos tradicionales: cambio chico comparado con los 69 millones de dólares que gastó en su campaña.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.