Sáb 19.06.2004

EL MUNDO  › DECAPITARON A UN REHEN DE LA INDUSTRIA MILITAR NORTEAMERICANA EN ARABIA SAUDITA

Una cabeza de regalo para el Día del Padre

“El Día del Padre está por llegar. Por favor traigan a mi padre a casa”, había sido la súplica del hijo de Paul Johnson, un empleado militar norteamericano de Lockheed Martin en Arabia Saudita. Sus secuestradores, de Al Qaida, lo decapitaron ayer. Pero también se anunció la captura del jefe local de la red.

Por Andrew Buncombe *

El ingeniero norteamericano sucuestrado en Arabia Saudita por un grupo de militantes autodenominado “Al Qaida en la península arábiga” fue decapitado por sus captores, horas después de una vigilia que se realizó en su ciudad natal en Estados Unidos. Poco después del anuncio, fuerzas de seguridad saudíes realizaron un operativo en los alrededores del lugar donde presuntamente se esconden los miembros del grupo. El cuerpo de Johnson fue encontrado en un paraje aislado de Riad. Tres sospechosos murieron ayer por la noche en un enfrentamiento con autoridades en el centro de la capital saudita. Uno de ellos sería el jefe de “la red Al Qaida en la península arábiga”, Abdel Aziz Al Muqrin. Paul Johnson es la última víctima de una campaña terrorista creciente en Arabia Saudita durante las últimas seis semanas.
Johnson, de 49 años, había sido secuestrado el fin de semana pasado por extremistas que reclamaban a las autoridades saudíes la liberación de militantes encarcelados a cambio de la liberación del norteamericano. Riad y Washington habían descartado cualquier tipo de negociación con los secuestradores. Tres fotos de la ejecución fueron publicadas en Internet. Es la segunda vez en cinco semanas que un norteamericano es decapitado en Medio Oriente por grupos vinculados a Al Qaida. Un comunicado acompaña las imágenes de la ejecución en una página de Internet islámica. “En respuesta a lo que prometimos, matar al rehén Paul Johnson tras expirar el ultimátum fijado a los tiranos de Arabia Saudita, el infiel recibió su castigo equitativo. Con una muestra de lo que hizo padecer a los musulmanes (bombardeados) por los aviones Apache y los misiles norteamericanos.” El grupo habría sido liderado por Abdel Aziz Al Muqrin, sospechoso de ser el líder de Al Qaida en Arabia Saudita. El comunicado del grupo agrega: “Nosotros, Dios mediante, continuaremos en nuestro camino para luchar contra los enemigos de Dios”. Johnson era empleado del grupo de defensa norteamericano Lockheed Martin y trabajaba en sistemas de ataque para helicópteros Apache. Johnson trabajaba en Arabia Saudita para la empresa desde hacía más de una década y estaba casado con su segunda esposa, Noon.
Una de las tres fotos en Internet muestra la cabeza de un hombre, con la cara hacia la cámara, sostenido por una mano. Las otras fotos muestran un cuerpo decapitado tirado en una cama, con la cabeza sobre la espalda. La cara se parece a la de Johnson. El cuerpo decapitado estaba vestido con un mameluco color naranja, similar a los que usan los militantes islámicos sospechosos encarcelados por Estados Unidos en Guantánamo. También es similar al traje que tenía puesto otro cautivo norteamericano, Nicholas Berg, cuando fue decapitado en Irak el mes pasado por otro grupo de militantes islámicos vinculados con Al Qaida. “A los norteamericanos y a quien sea su aliado en este mundo infiel y criminal y sus aliados en la guerra contra Islam, esta acción es en castigo y una lección para ellos para que sepan que quien ponga un pie en nuestro país, su destino será esta acción decisiva”, decía el comunicado.
Paul, el hijo de Johnson, había suplicado por la liberación de su padre. “Solamente le quiero pedir al presidente de Estados Unidos y a las autoridades saudíes que por favor hagan que esto ocurra”, le dijo a un canal de televisión norteamericano. “El Día del Padre está por llegar. Por favor traigan a mi padre a casa.” Además, se había declarado a favor de la liberación de los islamistas reclamada por los secuestradores, para salvar la vida de su padre.
Al mismo tiempo que Johnson fue secuestrado el domingo pasado, otro norteamericano que vivía en Arabia Saudita, Kenneth Scroggs, fue muerto a balazos en la puerta de su casa en Riad. El Departamento de Estado norteamericano le ha pedido a sus ciudadanos que dejen el país.
El presidente George W. Bush condenó firmemente la decapitación del ciudadano, pero prometió que “Estados Unidos no retrocederá” ante esos ataques. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, declaró que el asesinato era un “acto de barbarie”, mientras que el candidato demócrata a la Casa Blanca John Kerry lo calificó de “acto monstruoso”. Los familiares de Paul Johnson estaban recluidos en su casa de Eagleswood en Nueva Jersey, tras ser informados de la ejecución.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman

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