EL MUNDO
› CLAVES PARA ENTENDER UN ESCENARIO COMPLEJO
El incierto plan para Irak
› Por Mercedes López San Miguel
- ¿Quiénes representan el gobierno interino?, ¿qué poder real tienen?
Son 23 ministros iraquíes (11 chiítas, 5 sunnitas, 5 kurdos, 1 turcomano y 1 cristiano) que se reportan al primer ministro, Iyad Allawi. Este fue un antiguo leal a Saddam y luego opositor que recibió apoyo de la CIA y el MI6. Dista de ser un gobierno popular. El gobierno tiene prohibido tomar decisiones políticas a largo plazo y no tendrá control sobre los 160 mil efectivos extranjeros en Irak. El premier, un chiíta laico, tuvo cuidado de rendir tributo a los dirigentes religiosos del país, en especial el gran ayatolá Ali Sistani, que forzó a Estados Unidos a adelantar la entrega de la soberanía y la convocatoria de elecciones.
- ¿Cuáles son los riesgos que afectan el actual escenario?
El peligro de una guerra civil, el aumento de la violencia –con su forma de decapitaciones y táctica de guerrilla clásica– forman parte del actual escenario. Según los sondeos, el 80 por ciento de los iraquíes quiere que las tropas se vayan inmediatamente. Las encuestas reflejan las profundas divisiones entre árabes sunnitas y chiítas; árabes y kurdos, y sobre el rol de la religión del gobierno. Se suma el apoyo a la violencia contra la coalición. Existe un alto número de fuerzas insurgentes, desde las brigadas del clérigo chiíta Al-Sadr al sur y este del país a los que quieren que el gobierno vuelva a manos sunnitas.
- ¿La seguridad es clave?
Los atentados que dejaron 100 muertos el jueves pasado así lo muestran. La amenaza de decapitación de rehenes, también. Insurgentes como el clérigo chiíta Muqtada al-Sadr se mantienen populares. Al-Sadr, quien declaró la guerra a la ocupación en abril, es aceptado por un 60 por ciento de la población.
- ¿Cómo sigue el proceso político?
En teoría, el gobierno interino deberá preparar las elecciones legislativas para antes del 31 de enero próximo. La fecha es la fijada por la resolución 1546 de la ONU. La Asamblea Nacional deberá elegir otro gobierno de transición que redacte una Constitución. Recién después los iraquíes podrán votar para elegir un gobierno que asumirá en 2006.