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› OVIEDO LLEGO A PARAGUAY Y FUE TRASLADADO A PRISION
El ex general ya es convicto
Lino Oviedo, apenas puso pie en suelo paraguayo, fue conducido a la cárcel militar. Deberá cumplir una condena de diez años.
El ex general golpista Lino Oviedo regresó ayer a Asunción. Fue detenido y transportado a una prisión militar por las autoridades de Paraguay, donde tiene pendiente una condena por una tentativa de golpe de Estado en abril de 1996. Oviedo, ex comandante en jefe del Ejército de Paraguay y protagonista de la vida política de su país incluso desde el exilio, puso fin a su condición de prófugo después de cinco años y tres meses al ser detenido ayer, inmediatamente después de pisar tierra paraguaya, en el aeropuerto internacional de Asunción. Oviedo fue trasladado rápidamente en helicóptero a la prisión militar de Viñas Cué, cerca de la capital, para cumplir una condena de 10 años de prisión por el intento golpista de 1996 durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy. Oviedo está procesado también como autor intelectual del asesinato del ex vicepresidente Luis María Argaña, en 1999.
Tiene además otra cuenta pendiente con la Justicia por la matanza de siete manifestantes en las movilizaciones que siguieron a dicho homicidio, lo que la historia del país conoce como “marzo paraguayo”. Oviedo asegura que el atentado contra Argaña fue un complot para derribar el gobierno de Raúl Cubas Grau y que el antiguo vicepresidente ya estaba muerto cuando se produjo el ataque al vehículo en el que viajaba el gobernante. La llegada del general se produce en un momento de gran descontento social, matizado por huelgas constantes de los sectores educación y salud, una gran inseguridad ciudadana y corrupción pública. Centenares de seguidores bailaron en la calle al compás de canciones y estribillos alusivos a su líder, portando pancartas, remeras, gorras y retratos del ex jefe del ejército y ex candidato presidencial en 1998. Se apostaron camino al aeropuerto en los límites establecidos por la policía que aisló la terminal aérea desde el domingo, en un radio de dos kilómetros, “para evitar disturbios”.
En el aeropuerto, un impresionante despliegue policial evitó el acceso de sus seguidores y recibió al general, que viajó acompañado de su esposa, Raquel Marín, dos hijos y un grupo de legisladores de su partido Unión Nacional de Paraguayos Eticos (Unace), escisión del Partido Colorado que gobierna ininterrumpidamente el país desde 1947. Todo se produjo con rapidez y sin incidentes.
Oviedo, quien durante los años de exilio residió en Argentina y Brasil, regresó a Paraguay procedente de la ciudad brasileña Foz do Iguazú. Antes de partir justificó su decisión de regresar porque, en su opinión, desde la llegada del presidente Nicanor Duarte Frutos, en agosto de 2003, Paraguay está recuperando la democracia. “Se renovaron seis cargos de la Corte Suprema de Justicia, acusados de prevaricato, parcialidad, corrupción y otras irregularidades. Creo que ahora sí hay garantías para que se demuestre que soy inocente”, declaró Oviedo.
La condena de la Justicia militar fue ratificada por la Corte Suprema, lo que impidió al general presentarse a las elecciones generales de 1998. Gracias a la popularidad de Oviedo, su compañero de fórmula en el Partido Colorado, Raúl Cubas, ganó los comicios tras una campaña en la que la consigna era “Cubas al gobierno, Oviedo al poder”. Así fue. El nuevo presidente amnistió al general, que empezó a ejercer su influencia desde la sombra. Hasta que se produjo el asesinato de Argaña, que provocó una grave crisis política y el exilio de Oviedo y de Cubas.
Los abogados del general reclaman la revisión del juicio por el intento golpista de 1996, con el argumento de que dictó sentencia un tribunal militar extraordinario, habilitado sólo para casos de guerra. Algunas fuentes sugieren que la vuelta de Oviedo es el resultado de un acuerdo secreto con el presidente Duarte Frutos. Refuerza esta versión el hecho de que dos destacados oviedistas –José Felicísimo Segovia, ex ministro de Defensa, y Max Narváez, ex abogado del general– han regresado estos días desde su refugio en Uruguay para entregarse a la Justicia paraguaya.