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› FRACASO LA TREGUA Y SE PREPARAN NUEVOS ENFRENTAMIENTOS EN LA CIUDAD SANTA
Najaf, nuevo eje de insurrección en Irak
Miles de simpatizantes convergieron ayer sobre la ciudad santa de Najaf para defender al clérigo chiíta Moqtada al Sadr, rodeado por 4000 tropas de Estados Unidos e iraquíes. Un intento de tregua fracasó en la ciudad santa, que se ha convertido en el gatillo de nuevos estallidos en otras partes del país. Y parecían inevitables nuevos combates.
Por Donald Macintyre*
Fuerzas norteamericanas e iraquíes ayer estaban en posición para retomar los combates contra la milicia rebelde chiíta en la ciudad santa de Najaf, después de que fracasaran las negociaciones de paz para finalizar con la rebelión que ha dejado cientos de muertos. El asesor de Seguridad Nacional, Mowaffaq al Rubaie, dijo en conferencia de prensa en Najaf que el gobierno interino designado por Estados Unidos había fracasado en su objetivo de llegar a un pacto con el clérigo radical Moqtada al Sadr y su milicia, el Ejército de Mehdi. “El gobierno interino iraquí está retomando las operaciones militares para reestablecer la ley y el orden en esa ciudad santa”, declaró. Una débil tregua se ha sostenido en Najaf desde el viernes, cuando tropas y tanques estadounidenses aflojaron su cerco alrededor de la mezquita del imán Ali y de un antiguo cementerio donde Al Sadr y sus seguidores se han atrincherado. El conflicto en Najaf, que lleva 10 días, ha gatillado combates en otras ciudades y manifestaciones masivas que amenazan con socavar la autoridad del primer ministro, Iyad Allawi, sólo siete semanas después de que llegara al poder. Miles de manifestantes llegaron a Najaf para apoyar a Al Sadr.
Las fuerzas norteamericanas dijeron en una declaración que habían matado a alrededor de 50 rebeldes en combates cerca de la ciudad iraquí norteña de Samarra, un área mayoritariamente musulmán sunnita donde las tropas estadounidenses han lanzado varios ataques. Sin embargo, la policía iraquí en Samarra puso en duda esta cifra al declarar que al menos cinco personas murieron y 50 fueron heridos. También hubo feroces combates durante la noche entre tropas norteamericanas y seguidores de Al Sadr en la ciudad chiíta de Hilla al sur. Las informaciones en torno de las muertes también son conflictivas. Según el Ministerio del Interior, murieron 40 combatientes y tres policías, aunque el Ministerio de Salud dijo que 10 personas habían muerto. Sin embargo, el centro de la atención sigue siendo Najaf. La semana pasada, la electricidad y el agua –indispensables por el brutal calor de 49 grados– eran aún más escasos por el estallido de violencia entre militantes del clérigo radical chiíta refugiados dentro y en los alrededores del complejo del imán Ali –el santuario chiíta más sagrado en Irak– y más de 4000 marines, soldados norteamericanos, la guardia nacional y la policía iraquí que los rodeaban.
¿Qué originó este sangriento conflicto? Según el ejército norteamericano, han muerto al menos 360 rebeldes desde que comenzaron los combates 11 días atrás. Sin embargo, estos números no han sido corroborados y son altamente discutidos. Pero han muerto cientos de civiles al extenderse el conflicto a otras ciudades de Irak. ¿Por qué fracasó el frágil cese de fuego declarado 24 horas antes? En el corto plazo, al menos, sus causas parecen originarse en un incidente ocurrido el 2 de agosto. Los asesores de Al Sadr dijeron que las tropas norteamericanas habían rodeado su casa con la aparente intención de tomarlo vivo o muerto. Además de ser el líder más prominente del país, Al Sadr es buscado por su participación en el asesinato –cosa que él niega– de un clérigo rival, Abdul Majid al Khoei, calificado por la coalición como moderado. Las fuerzas norteamericanas sostienen que era en represalia a fuego rebelde cerca de la casa.
De cualquier manera, el combate fue el pretexto para un ataque contra una comisaría el jueves por la mañana. La policía iraquí y la guardia nacional, mejor entrenadas que durante los combates con los rebeldes de Al Sadr en abril, repelieron los dos primeros ataques. Sin embargo, el gobernador de Najaf, Adnan al Zurufi, llamó a los marines cuando el tercero aparentemente los iba a abatir. Un diplomático en Bagdad sostuvo la semana pasada que Al Sadr busca gatillar los enfrentamientos, presionado por sus elementos más militantes para retomar la rebelión chiíta, que habían declinado desde una tregua incierta en abril.
Otra posible causa es que estaba frustrado por no ejercer más influencia en la escena iraquí. Una tercera razón podría ser las denunciascada vez más feroces de los ministros interinos iraquíes contra el creciente involucramiento iraní. O podría ser una combinación de estos tres factores. Pero, cualesquiera que sean las causas, pareciera que el gobierno iraquí ha encontrado la excusa perfecta para cerrar el tema que quedó abierto tras la tregua de junio, que terminó con más de dos meses de combates con rebeldes de Al Sadr, pero dejó intacto su Ejército de Mehdi.
Que los combates continúen parece seguro. Aviones estadounidenses estaban otra vez sobrevolando la zona y se escuchaban explosiones esporádicas en la ciudad de calles desiertas. Sin embargo, las probabilidades de que se solucione la crisis son bajas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.
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