En la primera audiencia de este tipo en 60 años, un chofer de Osama bin Laden fue acusado formalmente ayer ante el tribunal militar de Guantánamo de conspirar para cometer terrorismo. Salim Ahmed Hamdan, un yemenita de 34 años, compareció ante el tribunal vestido con traje árabe y una chaqueta marrón, sin grilletes ni esposas, para escuchar las acusaciones en su contra. Hamdan admitió haber conducido a Bin Laden pero negó haber participado en terrorismo; su abogado usó la audiencia preliminar para cuestionar las bases legales del tribunal.
El abogado, comandante Charlie Swift, dijo: “Este proceso está en contra de todo por lo que luchamos en la historia de Estados Unidos”, antes de que comenzara la audiencia en el campo de prisioneros en Cuba. Hamdan es el primero de los cuatro prisioneros que serán acusados esta semana cuando se presenten antes un panel de cinco oficiales militares. Estados Unidos buscó mostrar a Hamdan no sólo como el chofer de Bin Laden sino como su guardaespaldas y como quien entregaba armas a Al Qaida. Hamdan fue acusado formalmente de conspirar como miembro de Al Qaida para cometer crímenes de guerra, incluyendo ataques a blancos civiles y terrorismo. Swift sostuvo que Hamdan era un peregrino que tomó el empleo en la granja de Bin Laden en su camino a Tajikistán en 1996. Dijo que el acusado no tenía conocimientos de las actividades de Al Qaida y que nunca tomó las armas contra EEUU. Los grupos de derechos humanos han condenado a los tribunales, donde los acusados tienen pocos derechos legales y no se les permite ver evidencia que podría probar su inocencia si la audiencia considerase que debe ser clasificada.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.