El segundo rehén estadounidense secuestrado en Bagdad fue decapitado por el grupo de Abu Mussab al Zarqaui, vinculado con Al Qaida, según un comunicado difundido por un sitio de Internet islamista, cuya autenticidad aún no se verificaba. El comunicado se conoció luego de que anteayer se encontrara el cadáver degollado del otro rehén norteamericano, Eugene Armstrong. Los familiares del británico Kenneth Bigley dijeron esperar lo “peor” y se reunieron con el premier británico, Tony Blair para pedirle que interceda. Los secuestradores anunciaron que el “británico correrá la misma suerte”, tras expirar el plazo establecido por los secuestradores para que Estados Unidos liberara a las mujeres detenidas en las prisiones Abu Ghraib y Um Qsar.
La organización terrorista Tawhid wal Jihad comunicó anoche la decapitación de un secuestrado norteamericano y un próximo video para testimoniarlo, pero sin identificar a la nueva víctima. “Los valientes hijos de la nación han decapitado al segundo rehén estadounidense al vencer el plazo dado”, dice el comunicado. La familia del británico secuestrado, Bigley, afirmó ayer que esperaba “lo peor” después de que los terroristas amenazaran de nuevo con asesinar al ciudadano británico.
“El prisionero británico correrá la misma suerte si el gobierno británico no hace nada. El honor de las mujeres musulmanas no se tocará”, decía un segundo comunicado del grupo difundido ayer. El lunes, el grupo de Al Zarqaui había anunciado la decapitación del primer rehén estadounidense, Eugene Armstrong, en un video difundido en la misma página de Internet.
Armstrong, cuya ejecución fue confirmada por un funcionario estadounidense en Washington, fue secuestrado el 16 de septiembre en su residencia del barrio Mansur, de Bagdad, junto a su compatriota Jack Hensley y al británico Kenneth Bigley. Armstrong fue asesinado al vencer el primer ultimátum que había dado el grupo, el sábado. El verdugo de Armstrong fue presentado por los internautas como el “jeque Abu Mussab al Zarqaui” en persona, lo que fue confirmado por la CIA, que aseguró que la voz del hombre que decapitó al estadounidense era la de Al Zarqaui.
Desde que se desató la ola de secuestros en abril pasado en Irak, unos 30 rehenes, sobre todo estadounidenses, nepaleses y turcos, fueron asesinados, y unos 20 de ellos fueron degollados. Al Zarqaui, cuyo verdadero nombre es Fadel Nazzal al Jalayleh, es miembro de la tribu jordana de los Bani Hassan, una de las mayores del reino. Habría sido reclutado por Al Qaida durante su entrenamiento en Afganistán para combatir contra los soviéticos. En el 2001 combatió en ese mismo país, pero esta vez contra los norteamericanos, y perdió una pierna en uno de los enfrentamientos. En el 2002, la investigación sobre el asesinato del estadounidense Laurence Foley, de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (Usaid), llevó a los servicios de inteligencia jordanos hacia su pista. El entonces primer ministro jordano, Alí Abu Ragheb, dijo en diciembre que posiblemente se escondía en el Kurdistán iraquí, en una zona fuera del control de Bagdad. Las tropas estadounidenses bombardean frecuentemente presuntos escondites de los partidarios de Al Zarqaui, sobre todo en Faluja.