Mié 22.09.2004

EL MUNDO

El héroe de Vietnam pierde terreno ante la ofensiva del hijo de su padre

Paradójicamente, Bush, que no fue a Vietnam gracias a ser “hijo de”, se ve beneficiado por el caso de los papeles falsos que difundió la CBS. Y Kerry, que fue a la guerra, se vio perjudicado por el grupo de veteranos que cuestionó sus medallas.

Por J. M. Calvo*
Desde Washington

La cadena de televisión CBS, en plena crisis de credibilidad por el fiasco de los informes que supuestamente probaban que el presidente George W. Bush se benefició de privilegios para hacer el servicio militar y se negó a pasar un reconocimiento médico, ha nombrado una comisión independiente para averiguar qué es lo que permitió que su programa estrella de informativos y su presentador más importante, Dan Rather, salieran al aire con una exclusiva basada en documentos falsos. Las repercusiones políticas, además, pueden ser mucho mayores: ayer se supo que la cadena puso en contacto a su fuente con el cuartel general de la campaña de John Kerry.
Según el diario USAToday, Bill Burkett, el antiguo mando de la Guardia Nacional de Texas y militante demócrata que falsificó los informes que engañaron a la CBS –que, a su vez, no los autentificó ni sometió a expertos serios–, pidió al canal de televisión un contacto con el equipo de Kerry a cambio de entregar los documentos. Mary Mapes, la productora de Dan Rather, lo puso en comunicación con Joe Lockhart, uno de los operadores políticos del círculo de Bill Clinton que el ex presidente ha enviado para reforzar el equipo de campaña de Kerry. Lockhart llamó a Burkett y, según sus propias declaraciones, la conversación duró unos minutos. En ella, asegura, no se habló de los informes sobre la foja militar de Bush. Burkett, según el periódico, puso como condición a la CBS para entregar los documentos que le facilitaran este contacto, que él quería aprovechar para “dar sus consejos sobre cómo responder a las críticas de los republicanos contra el papel de Kerry en Vietnam”.
La CBS confirma que facilitó el teléfono –lo cual es un nuevo golpe a la ética y la credibilidad del medio– pero niega que lo hiciera para conseguir los documentos. Lockhart dice que no recuerda el nombre de la productora que lo llamó para establecer la conexión con Burkett. El demócrata de Texas también consiguió hablar en agosto con el ex senador Max Cleland, un veterano de Vietnam que hace campaña con Kerry, para ofrecerle ayuda “contra el juego sucio de los republicanos”. Burkett admitió el lunes que engañó a la CBS sobre el origen de los falsos documentos supuestamente firmados por el teniente coronel Killian, ahora fallecido y superior del piloto George W. Bush hace 32 años.
Este nuevo desarrollo del caso tiene una cierta posibilidad de perjudicar a Kerry. La Casa Blanca no dejó pasar la oportunidad de destacar que el contacto entre el canal y Lockhart sugiere que los demócratas estaban activamente detrás de una maniobra para desacreditar al presidente Bush. Según Dan Bartlett, director de Comunicación de la Casa Blanca, “parece que ha habido mucho interés a alto nivel en el equipo de Kerry y entre los demócratas, y hay que preguntarse si no era más que interés”.
El caso de los documentos falsos no podía venir en peor momento para la nueva estrategia demócrata de intensificar los ataques sobre Bush por Irak. Además, es un revés para los intentos de comparar el servicio militar de los dos candidatos: la ironía es que Kerry, que fue a la guerra y ganó sus medallas, se ha visto perjudicado por los veteranos que le han censurado sus críticas de hace 32 años a las barbaridades en Vietnam; y Bush, que logró esquivar la movilización gracias a sus contactos y que ni siquiera cumplió con sus obligaciones en la Guardia Nacional, se ve ahora beneficiado por el tiro por la culata de los papeles falsos. En unas elecciones en las que hay pocos independientes y que se van a basar en la participación, cada partido necesita electrizar sus bases: los republicanos no van a dejar de utilizar el caso de los documentos falsos para construir el argumento de que los demócratas quieren destrozar al presidente, cueste lo que cueste. Además de suponer un golpe muy fuerte ala credibilidad de la cadena de televisión, el asunto afecta al veterano Dan Rather, que presentó el programa 60 minutos de hace dos semanas en el que salió al aire la noticia. Anteayer, Rather se disculpó por el error. El periodista heredó del legendario Walter Cronkite el principal telediario de la cadena en 1981, y su cercana jubilación –tiene 72 años— se ve ahora empañada por este caso.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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