EL MUNDO
El PC chino se preocupa por su supervivencia
Los dirigentes del comunismo chino, en un último informe, hacen una autocrítica y advierten sobre el aumento de la brecha entre la población y los políticos en pleno desarrollo económico.
Por José Reinoso*
Desde Pekín
Los dirigentes chinos, conscientes del declive de popularidad que vive el Partido Comunista –PCCh–, hicieron ayer público un largo documento en el que advierten sobre los riesgos que amenazan su supervivencia y detallan los pasos a seguir para asegurar la continuidad del régimen. La corrupción, las desigualdades sociales y la amenaza de “fuerzas hostiles” son los principales peligros recogidos por el informe, cuyo objetivo es impulsar la capacidad de gobierno del partido. De ello dependen, aseguran, “el éxito de la causa socialista china, el futuro de la nación, la vida del partido y la estabilidad y la prosperidad del país”.
El documento, adoptado en el plenario del Comité Central del PCCh, celebrado a mediados de este mes pero difundido ahora, supone la inusitada autocrítica por parte de unos líderes que ven cómo la brecha entre los políticos y la población no cesa de acrecentarse a medida que el país avanza en su meteórico desarrollo económico. El órgano del partido advierte a sus 68 millones de miembros que el liderazgo comunista “no permanecerá para siempre si el partido no hace nada para protegerlo” y llama a luchar contra la corrupción, a dar prioridad al desarrollo económico y a “gobernar para el pueblo”.
“La reforma y el desarrollo chinos han llegado a una fase crítica en la cual están surgiendo nuevos problemas, y fuerzas hostiles prosiguen sus intentos estratégicos para occidentalizar y separar nuestro país”, señala el informe. “Debemos desplegar un sentido más agudo de crisis y aprender de los éxitos y fracasos de otros partidos gobernantes en el mundo.” El gobierno utiliza a menudo el binomio “fuerzas hostiles” para referirse a Occidente o a aquellos activistas que se oponen al sistema unipartidista.
La llamada de atención es un paso más en la línea seguida por el equipo del presidente, Hu Jintao, desde que llegó al poder hace cerca de dos años. Hu ha hecho de la lucha contra la corrupción uno de los ejes de su política, consciente de que existe un gran descontento entre la población, que ve cómo muchos funcionarios y dirigentes se han enriquecido gracias a sus conexiones con el poder durante las dos décadas de reformas económicas. Aunque miles de miembros de la administración, incluidos importantes cargos, han sido castigados y en algunos casos incluso ejecutados por este motivo, el malestar está latente en una sociedad en la que las desigualdades han ido en aumento.
Pero el documento deja claro lo que ya advirtió Hu hace unos días: que China no adoptará un sistema multipartidista, de estilo occidental. La democracia será “intrapartido”, afirma; es decir, exigiendo más responsabilidad y transparencia a sus miembros, que deberán rendir cuentas de sus acciones. Porque “sólo el socialismo puede salvar a China, y sólo con el socialismo con características chinas (el capitalismo bajo el dictado del PCCh) podemos desarrollar China”. Aunque insiste, de forma pragmática, en que “la ideología debe progresar con los tiempos”.
El comité central recuerda que “el avance económico es la prioridad número uno”, ya que es la llave para la resolución de todos los problemas del país. El momento para la difusión del mensaje es significativo, ya que hoy China celebra uno de sus festejos más tradicionales –el llamado festival de mediados de otoño– y a continuación viene la semana de vacaciones con motivo de la fiesta nacional. Hu y su primer ministro, Wen Jiabao, han intentado crearse una imagen de popularidad y de cercanía al pueblo, para lo cual, frecuentemente, realizan visitas a campesinos y otros colectivos que se han quedado descolgados del progreso experimentado por el país.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.