Por José Vericat *
Desde Jerusalén

El ejército israelí mató a 38 palestinos e hirió a más de 160 en el campo de refugiados de Yabalia, en la operación militar israelí en el norte de la Franja de Gaza. Se trata del número más elevado de palestinos muertos en un solo día desde marzo del 2002, durante la Operación Muro de Defensa llevada a cabo por el ejército israelí en Cisjordania, y la tercera jornada más sangrienta desde que comenzó la actual Intifada que cumplió cuatro años hace tres días. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, autorizó al ejército a ampliar el operativo “Días de Arrepentimiento”, y a recurrir a la “agresividad continua”.
Diez jóvenes palestinos murieron en una sola explosión cuando fueron alcanzados por el proyectil de un tanque mientras se encontraban reunidos al este del campo de refugiados de Yabalia. Asimismo, murieron dos soldados y una mujer israelí en sendas emboscadas en el norte de la Franja de Gaza; una contra un puesto de vigilancia del ejército y otra contra los asentamientos judíos en la zona septentrional de ese territorio.
El ejército israelí ha llevado a cabo dos incursiones de gran envergadura en Yabalia durante los últimos años, pero hasta ahora no se había arriesgado a penetrar en los barrios.
Esta vez el cañón de uno de sus vehículos de combate ha llegado a rozar los límites del mercado de Yabalia, el epicentro de esa localidad, mientras otra columna de vehículos blindados se acercaba por el norte a la mezquita de Al Julafa, bastión del Movimiento para la Resistencia Islámica (Hamas). El campo de Yabalia es, con más de 100 mil habitantes, la más grande concentración de refugiados palestinos en todo Medio Oriente y uno de los territorios más densos de todo el mundo. Asimismo, tiene una gran carga simbólica para los palestinos por ser la cuna del primer levantamiento contra la ocupación israelí (1987-1993).
La muerte, el miércoles, de dos niños israelíes de 2 y 4 años en la ciudad de Sderot, en el desierto del Neguev y a unos ocho kilómetros al este de la Franja de Gaza, alcanzados por un misil de fabricación casera Kasam, lanzado por miembros de la resistencia palestina, fue el último accionar que dio paso a la actual operación militar en Yabalia. El constante acoso con misiles Kasam, lanzados casi a diario desde el norte de la Franja de Gaza contra Sderot, ha acabado con la paciencia de Sharon.
Se trata de la duodécima operación israelí en el norte de la Franja de Gaza y, a menos que el ejército retome el control de ese territorio como hizo en Cisjordania durante la Operación Muro de Defensa en marzo y abril del 2002, la resistencia palestina continuará con el hostigamiento mediante los rudimentarios Kasam. Poco antes de reunirse con Sharon, el ministro de Defensa israelí anunció “una profunda y prolongada” operación militar con el fin de acabar con los cohetes Kasam, y “preparar una zona defensiva” en el norte de Gaza.
El ministro de Defensa aseguró ayer que el “asesinato de niños es un acto imperdonable e intolerable”, al que Israel debe responder. Por su parte, la Autoridad Palestina (AP) pidió ayer la inmediata intervención de la comunidad internacional “para frenar la masacre en Gaza”, dijo en Ramalá ayer Nabil Abú Rudaina, el asesor del líder palestino, Yasser Arafat. Anoche, un centenar de tanques entraba al norte de la Franja de Gaza, en una ampliación del operativo autorizado por Sharon.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.