Lun 04.10.2004

EL MUNDO  › COMO ES LA PROXIMA PARADA DE LA CAMPAÑA EN EE.UU.

El buenito vs. el Sr. Petróleo

John Edwards, carismático senador de Carolina del Norte, confronta mañana con el turbio vicepresidente Dick Cheney, después de un primer debate que ha alentado las esperanzas de John Kerry contra W.

Por Andrew Buncombe *
Desde Washington

El vicepresidente Dick Cheney y el hombre que quiere sacarle su trabajo, John Edwards, estaban preparándose ayer para su confrontación en un debate televisado mientras una nueva encuesta entregaba aún más motivo de regocijo para los demócratas. Cheney y Edwards van a aparecer en lo que va a ser su único debate cara a cara mañana en el anochecer en Cleveland, Ohio, uno de los estados oscilantes más cruciales de esta campaña. Tanto republicanos como demócratas son conscientes de que deben conquistar estados como Ohio si quieren ganar en la votación de noviembre.
Al emitir el mensaje radial demócrata nacional el sábado, Edwards focalizó con rapidez en Ohio y en la clase de temas internos que los estrategas creen que ganarán votos allí. “He pasado sólo dos días en Ohio. Se han perdido más de 237.000 empleos”, dijo. “La tasa de desempleo en Ohio ha subido un 60 por ciento desde la administración George W. Bush. Los costos de los servicios de salud están por las nubes. Los ingresos familiares están cayendo. Las familias están perdiendo sus hogares a un ritmo mucho mayor que antes.” Y agregó: “Los problemas que la gente está enfrentando en Ohio y la debilidad de nuestra economía son un resultado directo de las decisiones tomadas por George Bush y Dick Cheney. Y esas decisiones son el resultado directo de una visión que privilegia la riqueza antes que el trabajo y la responsabilidad”. Muchos demócratas, ansiosos por capitalizar el impulso ganado en el primer debate de la semana pasada entre John Kerry y el presidente Bush, han estado a la expectativa de la confrontación de mañana a la noche en la Case Western Reserve University, convencidos de que Edwards, uno de los políticos más carismáticos de la campaña, va a salir bien contra su oponente más directo y menos excitante. Al mismo tiempo, los observadores señalan que Cheney es inmensamente popular entre los activistas republicanos y puede ser un comunicador extremadamente efectivo.
El hecho de que Kerry haya impactado positivamente en Florida la semana pasada contra un Bush a veces irritado y agitado ,recibió una confirmación posterior ayer de una encuesta encargada por Los Angeles Times, que sugiere que la cantidad de votantes con una impresión favorable del senador de Massachusetts había subido del 52 al 57 por ciento entre los electores que se han registrado para votar. Kerry ha persuadido a los televidentes que lo vieron en el debate de que es el hombre que tiene las políticas más precisas para los próximos cuatro años: antes del debate Bush tenía una ventaja de nueve puntos en este tema, pero quedó rezagado por cuatro puntos cuando a los televidentes se les formuló la misma pregunta después de que concluyera el debate.
Los demócratas han buscado hacerse fuertes a partir de lo que se vio como un triunfo de su candidato. En un nuevo aviso por televisión durante el fin de semana, Kerry intentó tener la última palabra sobre su confrontación con el presidente proclamándose como el ganador y definiendo a Bush como un mentiroso. “George Bush perdió el debate”, dice un locutor en el aviso. “Ahora está mintiendo sobre eso.” Si Kerry podrá traducir la impresión favorable que dejó en Miami en votos reales sigue siendo poco claro. Una encuesta publicada el fin de semana por el semanario Newsweek dio a la fórmula Kerry-Edwards una ventaja de 47 a 45 contra Bush-Cheney. Si el independiente Ralph Nader no participara, esa ventaja se ampliaría a 49 contra 46, dice la encuesta, cuyos resultados están dentro del margen de error. La misma encuesta realizada en septiembre dio a Bush una ventaja de 49 puntos.
Si bien estas encuestas van a entusiasmar a los demócratas que debieron contemplar el surgimiento de Bush tras la Convención Republicana en Nueva York y la polémica sobre el desempeño de Kerry en la guerra de Vietnam, las nuevas cifras sugieren que los partidos están estadísticamente empatados. Aunque parece que Kerry ha mantenido vivas las esperanzas delos demócratas, la única certidumbre real es que esta campaña, combatida hasta el extremo y a menudo sucia, seguirá indecisa hasta el último momento.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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