El secretario general de la OEA y ex mandatario costarricense Miguel Angel Rodríguez respondió una carta del actual presidente de su país, Abel Pacheco, que le pedía su renuncia al cargo de la OEA por presunta corrupción. Rodríguez rechazó las acusaciones en su contra, que calificó de no respetar “su presunta inocencia”.
A menos de dos semanas de haber asumido oficialmente la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodríguez convocó ayer a los embajadores acreditados ante el organismo para darles explicaciones sobre las acusaciones de corrupción lanzadas contra él el pasado viernes. Tras el encuentro entre los diez países sudamericanos y México, en la sede de la OEA, en Washington, el representante de Venezuela, Jorge Valero, declaró que se habían limitado a escuchar las explicaciones del secretario general. “Nos dio su versión sobre los señalamientos que se hacen. Le hemos dicho que esperamos que salga bien de estas circunstancias”, declaró Valero.
Mientras Rodríguez celebraba sus reuniones, Pacheco le enviaba una carta para pedirle su renuncia a la secretaría general de la OEA por las denuncias que lo involucran en asuntos de corrupción en su país. “Sin demérito del respeto al principio de debido proceso, en aras del buen nombre de Costa Rica y de la propia OEA, le solicito que se separe enseguida de la Secretaría General y regrese al país a enfrentar las responsabilidades que corresponden”, escribió el mandatario. “Asimismo, le pido que plantee su renuncia ante el órgano competente de esa organización”, agregó, según un comunicado de la presidencia de Costa Rica. El secretario general de la OEA respondió a su presidente haciendo caso omiso de su petición de renuncia y exigiéndole el respeto de la división de poderes y de la presunción de inocencia. “Estoy seguro de que usted comprenderá lo esencial que resulta la presunción de inocencia mientras no se demuestre lo contrario”, respondió Rodríguez en una misiva enviada al concluir las reuniones con los representantes de los países integrantes de la OEA.
El secretario general dijo tener “el más alto concepto de la Justicia” de su país y aseguró “no temer nada”, siempre y cuando “sea ante ese Poder del Estado, en responder a cualquier acusación que se pueda hacer, por temeraria que sea”, dejando claro que esa no era responsabilidad del poder político. Rodríguez afirma en su carta “lo terriblemente destructivo que puede ser para una sociedad que otros poderes, formales e informales, se arroguen el derecho de prejuzgar”. Por último, le dice al presidente costarricense: “Estoy seguro de que usted concordará en que todo ciudadano en democracia tiene el derecho a que se haga justicia, sin tener que pagar con dolor irreparable el defender la verdad, la inocencia y el honor”, en una aparente alusión a que no renunciará.
El escándalo que envuelve a Rodríguez estalló cuando su amigo y ex directivo del estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) José Antonio Lobo declaró a la Fiscalía que el ex mandatario reclamó el 60% de un “premio” de 2,4 millones de dólares que la transnacional francesa Alcatel habría pagado por un contrato de 400.000 líneas de teléfonos celulares en 2001. El ICE, la mayor empresa pública de Centroamérica, tiene el monopolio de las telecomunicaciones en Costa Rica y administra la industria de generación eléctrica, y en los últimos tres años le ha hecho compras a Alcatel por 258 millones de dólares.
Frente al pedido de renuncia de Pacheco a Rodríguez, el representante de Guatemala ante la OEA, Francisco Villagrán, aseguró que los países centroamericanos, con excepción de Costa Rica, y otros estados miembros apoyan a Rodríguez. Por otro lado, el presidente de Honduras, Ricardo Maduro, dijo que Rodríguez debe aclarar las denuncias sobre corrupción en su contra. “La posición de Costa Rica es la correcta, la apoyamos, siento que tiene que haber explicaciones satisfactorias. De no ser así, pues entonces creo que lo que procedería sería la renuncia”, declaró Maduro, consultado por periodistas en un acto público. El presidente de Guatemala, Oscar Berger, otorgó el “beneficio de la duda” al secretario general de la OEA, y el canciller de Nicaragua, Norman Caldera, reconoció que hay una crisis en el organismo, pero dijo que su país esperará a que se aclare la situación jurídica de Rodríguez para asumir una posición. Según fuentes diplomáticas de El Salvador, este país no se pronunciará oficialmente al respecto.