El asesino millonario está un poco más loco. El ex dictador chileno Augusto Pinochet padece una demencia moderada que podría liberarlo de enfrentar un juicio por los crímenes de la Operación Cóndor, según los informes de los médicos que lo sometieron a exámenes psiquiátricos. Los exámenes determinaron que su demencia empeoró.
El principal informe, preparado por el neurólogo Jorge Tapia, reitera que el ex dictador padece ese deterioro mental que ya lo liberó de un primer proceso hace dos años, cuando la Corte Suprema determinó que no estaba en condiciones de defenderse ante los jueces. El juez Guzmán Tapia entregó ayer a los abogados acusadores y a los defensores los informes de los tres médicos que examinaron a Pinochet, para que en un plazo de cinco días formulen las preguntas que consideren necesarias y aclaren sus posibles dudas sobre el diagnóstico. Al cabo de ese plazo, el magistrado se reunirá con el equipo médico para conocer sus respuestas, antes de resolver si inculpa o libera a Pinochet. El general, que en noviembre próximo cumplirá 89 años, fue sometido a exámenes psiquiátricos por orden del juez, para ver si está en condiciones de enfrentar un juicio por la Operación Cóndor.
“Tenemos la certeza de que el juez va a someter a proceso a Pinochet”, dijo el abogado Eduardo Contreras, uno de los juristas que impulsa la acusación al ex dictador por este plan represivo. Contreras basó su afirmación en que el mismo juez Guzmán encausó a Pinochet y ordenó su arresto en 2001, después de conocer los informes médicos que ya consignaban una “demencia moderada”. Ese primer proceso fue archivado sin sanciones por la Corte Suprema en 2002, sobre la base del deterioro mental del acusado. Por su parte, el abogado Pablo Rodríguez, jefe del equipo jurídico que defiende al ex dictador, dijo que Pinochet “nunca estuvo en situación de ser procesado desde el punto de vista de su salud” y además declaró que “no había antecedentes para entender que cometió un delito”.