Los casilleros de mensajes telefónicos y de mails de la embajada cubana en Buenos Aires resultaron bloqueados ayer por la cantidad de personas que intentaron comunicarse para saber el estado de salud de Fidel Castro tras su pequeño accidente, informó ayer el embajador Alejandro González Galiano en una conferencia de prensa convocada para difundir el informe sobre el bloqueo norteamericano a ese país. Este punto se votará el próximo 28 de octubre en la ONU.
“El comandante Fidel Castro resultó con fracturas en una rodilla y en un brazo (ver nota aparte), pero está en perfecto estado de salud general y, sobre todo, de muy buen ánimo”, afirmó González Galeano. “Ese es un tema interno de Cuba y considero que esta discusión en la prensa no es la vía indicada”, respondió a otra pregunta sobre una gestión del canciller Rafael Bielsa con el escritor Gabriel García Márquez para que interceda ante el gobierno cubano. La pregunta hizo referencia a una información publicada por Página/12 sobre esa gestión del canciller para que permitan viajar a la Argentina a la médica Hilda Quiñones. “Ese es un tema que se ha tratado anteriormente y del que hemos tomado nota”, indicó.
Con relación a la votación contra el bloqueo, el embajador cubano descartó que Argentina “votará nuevamente en forma correcta”, ya que esta acción norteamericana contra Cuba es “una amenaza clara contra el derecho a la vida del pueblo cubano, contra el desarrollo, la paz y la libre determinación”.
“El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas... –señala un documento del Departamento de Estado norteamericano sobre Cuba, fechado el 6 de abril de 1960 y que forma parte del informe difundido ayer–. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba (...) Una línea de acción que tendría el mayor impacto –agrega– es negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.”
El informe incluye una extensa lista de los daños provocados a Cuba por el bloqueo norteamericano durante 44 años, así como una estimación de las pérdidas que implicó. El daño económico se calcula en 79.325 millones de dólares hasta el año 2003. Esta cifra equivale a pérdidas de un promedio de más de 1800 millones de dólares por año. En relación con el PBI de la isla, sobrepasa con creces la deuda externa argentina. En el detalle de esa cifra se incluyen pérdidas por ingresos dejados de percibir por exportaciones y servicios, por reubicación geográfica de su comercio, afectaciones a la producción y a los servicios, bloqueo tecnológico, afectaciones monetario-financieras, e incitación a la emigración y fuga de talentos.
De las primeras medidas del bloqueo que comenzó en 1960, los distintos gobiernos norteamericanos que se sucedieron –con excepción del de James Carter– hicieron una escalada para profundizarlo, como la Ley Torricelli, de 1992 y la Ley Helms-Burton, de 1996. Estados Unidos también castiga a terceros países que negocian con Cuba, sacando al bloqueo de la relación bilateral para plantearlo en términos de extraterritorialidad.
“La aplicación del bloqueo contra Cuba viola directamente los derechos humanos básicos y las libertades fundamentales del pueblo cubano, de los cubanos residentes en Estados Unidos y del propio pueblo norteamericano”, señaló González Galiano.
Entre los cientos de limitaciones, Cuba no puede importar o exportar alimentos o medicinas de/a los Estados Unidos, no tiene acceso a los organismos financieros mundiales, los ciudadanos norteamericanos no pueden viajar a Cuba. Como ejemplos concretos sobre los efectos en la población, indicó la imposibilidad de comprar medicinas que sólo se elaboran en Estados Unidos, en especial aquellas que son necesarias para tratar a los niños que padecen cáncer o que necesitan prótesis especiales.