EL MUNDO
› CONDENARON A UN SARGENTO POR LAS TORTURAS
Todas las manzanas podridas
Por Kim Sengupta*
Desde Bagdad
Un sargento de Estados Unidos fue sentenciado a ocho años de prisión ayer por abusar sexual y físicamente de detenidos en la prisión de Abu Ghraib en Bagdad. El sargento Ivan Frederick, el militar de mayor graduación acusado en el escándalo de abuso de la prisión, se confesó culpable de cinco cargos de abuso en la prisión el año pasado, incluyendo hacer que tres prisioneros se masturbaran y golpear a uno tan fuerte en el pecho que necesitó ser revivido. Frederick, de 38 años, fue degradado de su cargo militar y destituido en forma deshonrosa. Michael Holley, el fiscal militar, recibió la condena con beneplácito, pero pidió a las autoridades que consideraran la “responsabilidad corporativa” por abusos colectivos. A la corte marcial en Bagdad se le dijo que el abuso de prisioneros en la prisión de Abu Ghraib estaba dirigido por la CIA y no era solamente la tarea de unas “pocas manzanas podridas”, como declaró el Pentágono.
En el juicio también se dijo que las órdenes fueron recibidas de militares de alto rango para “ablandar” a los detenidos, dando por tierra con las declaraciones de Washington de que las ofensas cometidas contra los iraquíes fueron hechas por soldados que actuaban por su propia iniciativa. En una evidencia considerada altamente molesta para la administración Bush, el capitán Donald Reese, un comandante de la policía militar en Abu Ghraib, describió cómo los agentes de la CIA parecían tener un libre manejo de la prisión: “Entraban a cualquier hora del día. Entraban por la puerta de atrás y ponían a los prisioneros en una de las celdas. Les decían que volverían por ellos más tarde. A veces usaban ropas civiles, a veces uniformes militares. La inteligencia militar les removía las etiquetas con sus nombres”. El capitán Reese dijo, poco después de su llegada en octubre del 2003, que vio a detenidos desnudos en la prisión y se preguntó “qué diablos” estaba pasando: “Me dijeron que eran las acciones de la comunidad de inteligencia militar y que era una práctica aceptada”.
El jefe general de la prisión, Kevin Kramer, de la inteligencia militar, dijo que había recibido un correo electrónico del cuartel de comando de Estados Unidos en agosto, antes de que comenzaran los abusos más severos, exigiendo que los interrogatorios se “endurecieran”. “Hay que quitarse los guantes, señores”, decía y continuaba diciendo, “que el capitán Boltz quiere que los detenidos se quiebren”. “Nos dijeron que no estaban recibiendo la inteligencia que ellos esperaban. Por lo tanto no estábamos haciendo lo suficiente como para conseguir la inteligencia. Trataban de que hiciéramos interrogatorios más agresivos”, dijo el capitán Kramer en la corte.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.