EL MUNDO
› CRITICAS A BUSH POR LA DESAPARICION DE EXPLOSIVOS
El “incompetente” Sr. guerra
Por Rupert Cornwell*
En una gran molestia preelectoral para la administración Bush, casi 350 toneladas de explosivos letales, que se podrían usar para fabricar armas nucleares, se han hecho humo del lugar militar en Irak, supuestamente custodiado por las tropas de Estados Unidos. Apenas se supo de la desaparición, John Kerry tomó el episodio como prueba de que el mandatario es incapaz de mantener seguro a Estados Unidos. El material podría ya estar en manos de terroristas, advirtió ayer. Este era “uno de los grandes descuidos de la guerra”, dijo Kerry en el tren de campaña, en el oscilante estado de New Hampshire.
Una declaración de la campaña Kerry/Edwards criticó la “increíble incompetencia de este presidente”, diciendo que George W. Bush, “que habla como recio y se jacta de mantener a Estados Unidos más seguro, no cumplió una vez más lo que dice”. De acuerdo con el The New York Times, que publicó la historia en una larga primera plana, el stock faltante, unas 342 toneladas en total, son de HMX, RMX, y PETN, explosivos convencionales extremadamente poderosos, que se utilizan para derribar edificios, llenar las cabezas de ojiva de misiles o detonar armas nucleares. Son tan devastadores que una solo libra de un explosivo similar fue suficiente para destruir el vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie en diciembre de 1988. Los HMX, RMX, o explosivos similares han sido usados en explosiones de automóviles y departamentos en Moscú y Riad, Arabia Saudita, en los últimos años.
En el momento de la invasión de Irak por Estados Unidos en marzo de 2003, los explosivos estaban en arsenales del régimen de Saddam bajo el control de las Naciones Unidas en un lugar militar –Al Qaqaa al sur de Bagdad– que se mencionaba en el dossier del gobierno de septiembre de 2002 como una fuente de posible producción de armas químicas. Algún tiempo después de la caída de Saddam, los explosivos desaparecieron, pero la pérdida no fue notificada formalmente a la administración Bush y a la agencia nuclear controladora, la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) en Viena hasta hace dos semanas.
En una carta fechada el 10 de octubre de 2004, el Ministerio de Ciencia y Tecnología del gobierno interino iraquí del primer ministro Iyad Allawi detalló las pérdidas a la AIEA, describiéndolas como “robo y saqueo”. Cinco días más tarde, la agencia envió la carta a la administración Bush. Mohamed El Baradei, el director de la AIEA, dijo estar “muy preocupado” por las “consecuencias potencialmente devastadoras” de la desaparición de los explosivos. Ayer, la agencia dejó en claro que Estados Unidos, como líder de la coalición en Irak, había sido advertido repetidamente de la importancia de asegurar que el arsenal estuviera a buen resguardo. “La coalición fue responsable” de custodiar las armas, dijo una vocera de AIEA. “Esperábamos que estuvieran protegidas”. Después que se supo la noticia, El Baradei formalmente informó al Consejo de Seguridad de la ONU en una carta ayer. Los funcionarios de la agencia negaron sugerencias de que el director de la AIEA había estado bajo presión de la administración para mantener en secreto la noticia, hasta después de la elección presidencial el martes que viene.
La Casa Blanca inmediatamente se movió para contener el posible daño político, minimizando la amenaza que presentan los explosivos. El material no constituía un riesgo en términos de proliferación nuclear, dijo Scott McClellan, el vocero de Bush. En cuanto supieron de la desaparición los funcionarios de Estados Unidos en Viena, donde está la AIEA, la noticia le fue informada a Condoleezza Rice, la Consejera de Seguridad Nacional, que después informó al presidente. Desechando las quejas de que la noticia debiera haber sido hecha pública antes, la Casa Blanca dijo que el Grupo de Investigaciones de Irak, que informó el mes pasado, trataría de descubrir lo que había sucedido.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.