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› SE RENUEVA LA CAMARA DE REPRESENTANTES Y UN TERCIO DEL SENADO
La otra cita electoral, el Congreso
Ahora mismo, el equilibrio de poder en el Congreso entre los demócratas y republicanos es muy ajustado. Aun así, los republicanos apuestan en estas elecciones con reforzar la mayoría de la que ya disfrutan en la Cámara baja. Encuestadores y analistas consultados por Página/12 dan sus pronósticos.
Por Yolanda Monge*
Desde Washington
Hoy en Estados Unidos no sólo se vota presidente. Como cada dos años, también se renueva totalmente la Cámara de Representantes (435 escaños) y un tercio del Senado (34). Son las llamadas “otras elecciones”, que, a pesar de no ser de tan alto perfil, son definitorias y atarán o dejarán las manos libres al presidente que sea elegido en las urnas para sacar adelante su programa. Los republicanos apuestan a estas elecciones con reforzar la mayoría de la que ya disfrutan en la Cámara de Representantes (Cámara baja). En ningún caso con perderla. También cuentan con mantener su estrecha ventaja en el Senado.
Si John Kerry llegara a la Casa Blanca, tendrá que enfrentarse a un Congreso (Cámara de Representantes más Senado) hostil. Salvo grandes sorpresas, todo apunta a que seguirá en manos de los republicanos. Aun así, la elección del Congreso puede ser tan competitiva y cerrada como lo está siendo la campaña electoral. Todo está por verse.
Ahora mismo, el equilibrio de poder en el Congreso entre los demócratas y republicanos es muy ajustado. De hecho, los republicanos sólo tienen una mayoría de 12 escaños en la Cámara baja (229 sobre 205, y un escaño independiente que vota con los demócratas) y exactamente 51 asientos sobre 100 en la Cámara alta. “El Congreso permanecerá como está ahora”, asegura James A. Thurber, director del Centro de Estudios Presidenciales de la American University. Las elecciones al Capitolio, son muy importantes por el papel central que esta institución juega en la política norteamericana. Todas las leyes se hacen y deben ser revisadas por el Congreso.
En el caso de que John Kerry fuese elegido presidente hoy, se enfrentaría con su primer obstáculo a la vuelta de la esquina de la misma Casa Blanca: La Cámara de Representantes. Los republicanos esperan mejorar la actual ventaja con la que ya cuentan, pero incluso aunque no fuera así, es muy probable que la Cámara siga dominada por un grupo muy conservador.
Si el control republicano de la Cámara de Representantes es amplio, no lo es tanto el que éstos poseen sobre el Senado. Este año, 34 escaños están en juego. Aunque en realidad, un número no muy alto de ellos, serán sustituidos por otros nuevos. Los que ya están en el cargo se encuentran bien sujetos a él. No es fácil que dejen su asiento. Dedican todo su tiempo a conquistar y a convencer a sus respectivos votantes de que ellos vuelvan a ser los elegidos.
De los 15 escaños republicanos que están en juego, sólo parecen susceptibles de ser perdidos cinco: Alaska, Colorado, Illinois, Oklahoma y quizá, Pennsylvania. Para hacerse con el control de la Cámara Alta, los demócratas no sólo deben conquistar nuevos bancos sino defender también las vacantes que dejan cinco senadores que se jubilan en cinco Estados del sur que votaron por Bush en 2000.
Pero los republicanos también tienen dificultades para defender según qué sitios. Como Illinois. Allí, el senador Peter Fitzgerald se retira y la victoria se da casi por hecha para el demócrata Barack Obama, que compite con otro candidato negro, Alan Keyes. O quizá algo tenga que ver una mala elección a la hora de designar candidatos. En la proteccionista Carolina del Sur, los republicanos han nominado a un defensor del libre mercado como es Jim DeMint. En Alaska, Lisa Murkowski fue elegida a dedo por su padre para el cargo, cuando éste decidió retirarse para convertirse en gobernador. Y en Kentucky, Jim Bunning, de 74 años, ha tentado su suerte al comparar a su “moreno” oponente, Dan Mongiardo, con uno de los hijos de Saddam Hussein.
La elección de los gobernadores en Estados Unidos es de suma relevancia, ya que son los Estados los que deciden y en última instancia, proveen de servicios a los ciudadanos. De los 50 gobernadores que existen en EstadosUnidos, 27 son republicanos y 23 demócratas. Once serán elegidos en las elecciones de hoy.
Pase lo que pase, la lucha por el Senado ha sido apasionante. Los dos líderes de la Cámara alta, republicano y demócrata, fueron los primeros en abrir la veda. El republicano Bill Frist rompió décadas de tradición y viajó a Dakota del Sur para hacer campaña contra el líder de la minoría demócrata Tom Daschle. Ajustada veían la victoria cuando ambos líderes han hecho abiertamente campaña el uno contra el otro, algo que en nombre del decoro bipartidista y por evitar ataques personales, se ha evitado en anteriores elecciones.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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