El dirigente palestino Ya-sser Arafat, internado desde el viernes en un hospital francés, no tiene leucemia, aunque registra anomalías en sus funciones digestivas y en su sangre, según el primer parte médico oficial divulgado ayer. Arafat seguía con atención el rumbo de las elecciones presidenciales norteamericanas, a la vez que recibía llamadas telefónicas de autoridades del mundo árabe como el primer ministro palestino, Ahmed Qureia; el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas, o el presidente egipcio Hosni Mubarak.
“Los primeros análisis permitieron descartar la hipótesis de la leucemia”, leyó del parte médico la representante de los palestinos en Francia, Leila Shahid, a las puertas del hospital militar de Percy en la localidad de Clamart, 20 kilómetros al oeste de París, donde Arafat está internado desde el viernes. Estos primeros exámenes médicos identificaron trastornos digestivos y “anomalías sanguíneas” en el líder palestino. “Un número elevado de glóbulos blancos y un número bajo de plaquetas, lo cual permitió descartar la leucemia”, informó Shahid, garantizando que el estado del líder palestino “había mejorado en las últimas 72 horas”.
“Arafat está mejorando y los doctores dicen que la situación está bajo control. Poco a poco recupera sus actividades diarias con la autorización de los médicos”, explicó Mohammad Rachid, consejero económico de Arafat, subrayando que el dirigente “anda un poco” y ha comenzado a ingerir alimentos. “Sobre todo leche y cereales, que le encantan. Desde hace 15 días no conseguía retener alimentos y ahora sí”, anunciaron sus colaboradores con orgullo.
Desde su lecho del hospital, el dirigente seguía atentamente lo que ocurría en Palestina y en todo el mundo, y sobre todo estaba muy pendiente de las elecciones estadounidenses. “No hay un político en el mundo que no observe con atención estas elecciones que tendrán impacto en el futuro de nuestro pueblo. En ellas se elige al presidente universal. Arafat no está a favor de Kerry ni de Bush, sino de Dios”, explicó Rachid. Según este funcionario, Arafat “respetará e intentará mantener un diálogo con el candidato que sea elegido” tras los comicios. Los llamados telefónicos de autoridades palestinas y del mundo árabe fueron muy positivos para el estado anímico de Arafat, al que Israel ha intentado aislar políticamente desde hace meses, afirmaron sus consejeros. La enfermedad de Arafat y su salida brusca de Cisjordania multiplicaron las especulaciones sobre el nombramiento de una nueva dirección palestina.