Por Donald Macintyre *
Desde Ramala

Marwan Barghouti, el encarcelado líder de Al Fatah, podría emerger como el hacedor de reyes en la sucesión de Yasser Arafat, incluso si rechaza los crecientes consejos de postularse a la presidencia él mismo, sugirieron ayer sus partidarios. Con encuestas recientes mostrando que, antes de la muerte de Arafat el jueves, Barghouti era el segundo político más popular después del líder, su esposa Fadwa emitió ayer una aguda advertencia de que el liderazgo palestino de la transición debe estar “más al tanto de su necesidad de tener a Marwan Barghouti al lado suyo”.
La esposa de Barghouti, abogada y activista de Al Fatah, confirmó en su casa ayer que su marido estaba bajo una enorme presión para presentarse a las elecciones presidenciales, diciendo: “Usted sólo tiene que pasar 24 horas en mi casa y verá mucha gente que viene y el teléfono sonando constantemente. Mucha gente me está diciendo que lo convenza a Marwan de presentarse”. Agregó que estos consejos, no solicitados, provienen de “gente prominente de Al Fatah”, así como “de otras organizaciones y de independientes”. Pero toda decisión sobre la opción de Al Fatah para candidato en las elecciones, que han sido prometidas por la Autoridad Palestina para dentro de dos meses, “no puede tomarla sólo él”. Debe ser tomada en forma colectiva en la organización, dominante en la OLP, y que ahora está encabezada por Mahmud Abbas, otro candidato fuerte.
Fadwa Barghouti dijo que su marido estaba “estudiando la situación” y consultaría con los colegas antes de asumir cualquier punto de vista sobre las elecciones. Sugirió que el respaldo de Barghouti a Abbas cuando éste fue brevemente primer ministro el año pasado, no había contado con toda la reciprocidad. Sostuvo que los políticos palestinos que busquen la presidencia deben entender que, por su popularidad, “el apoyo de Marwan Barghouti es un parámetro del apoyo del pueblo palestino”.
En junio, Barghouti fue sentenciado a cinco cadenas perpetuas por asesinato después de ser apresado por participación en ataques que mataron a cinco personas. Fuerte partidario de los acuerdos de Oslo y de una solución de dos Estados basada en las fronteras de Israel anteriores a 1967, Barghouti también ganó credibilidad con el ala más militante de Al Fatah por decir que el levantamiento palestino estaba justificado. Sus partidarios han lanzado una campaña internacional por su liberación.
Funcionarios israelíes rechazaron fuertemente anteriores especulaciones de que Barghouti pueda ser liberado de prisión, después de la muerte de Arafat, como posible “socio” de negociaciones. Algunos diplomáticos aquí creen que para avanzar su propia candidatura, Abbas o el actual primer ministro Ahmed Qureia, que tiene aún menos base popular, pueden tener que llegar a alguna clase de acuerdo con Barghouti, tal vez prometiéndole convertirlo en primer ministro cuando sea liberado. Queda por verse si las elecciones se realizarán en el breve cronograma de la ley básica palestina o si EE.UU. está preparado para presionar a Israel para que las facilite, pero Qureia insistió ayer que las elecciones se celebrarán como estaba previsto.
Ramala estaba mayormente tranquila ayer, pero grupos de deudos, incluyendo un destacamento de las Fuerzas de Seguridad Preventiva, oraban de pie. Entre varios jóvenes que visitaban la tumba, Barghouti era visto como el sucesor más creíble de Arafat. Y aunque algunos admiradores palestinos de Bar-
ghouti sugerían que votar por él mientras esté en prisión sería inútil, Basil Aby Ayshi, de 22 años, dijo que él y muchos otros lo votarían, se encuentre en la cárcel o no.

* De The Independent de Gran Gretaña. Especial para Página/12.