En la víspera de su cumpleaños 89, Augusto Pinochet supo que le congelaron los bienes en Chile. Por orden del juez Sergio Muñoz, el ex dictador chileno no podrá realizar transferencias, mientras transcurre la investigación sobre el origen de las cuentas secretas que mantuvo en el Riggs Bank de Washington y Miami, que según el Consejo de Defensa del Estado pueden sumar más de 15 millones de dólares. Actualmente, Pinochet enfrenta al dedo acusador de la Justicia por enriquecimiento ilícito y los crímenes de lesa humanidad atribuidos a su régimen.
Muñoz prohibió a Pinochet celebrar actos y contratos vinculados con las propiedades que se encuentran bajo su nombre, así como participar en sociedades y empresas, informaron fuentes judiciales. La medida intenta evitar que el ex gobernante traspase sus bienes a terceros para evitar eventuales acciones civiles en su contra, agregaron las fuentes. Pinochet tuvo al menos otras 10 cuentas por 12 millones de dólares en el Riggs Bank a partir de 1985, en operaciones que realizaba con nombres supuestos como “Daniel López” o “José Ramón Ugarte”, para mantener el secreto.
Paralelamente, el juez Juan Guzmán Tapia estudia abrir un segundo juicio en contra de Pinochet, por los crímenes de la Operación Cóndor que aplicaron las dictaduras militares sudamericanas de los años ’70 para eliminar físicamente a sus opositores, cientos de los cuales siguen desaparecidos. El magistrado fijó para el próximo viernes una nueva audiencia con el jefe de los peritos que examinaron a Pinochet el pasado 30 de septiembre, el neurólogo Jorge Tapia Illanes. Guzmán Tapia está en condiciones de procesar a Pinochet desde el pasado 25 de septiembre, cuando interrogó al ex dictador en su domicilio en el elegante barrio de La Dehesa. El juez quedó facultado para interrogarlo después que la Corte Suprema ratificara su desafuero el pasado 26 de agosto.
La Corte de Apelaciones de Santiago también examina su posible desafuero, para que aclare qué participación tuvo en el asesinato del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, que se refugiaron en Buenos Aires tras el golpe contra Allende y murieron un año después por el estallido de una bomba bajo su automóvil, el 30 de septiembre de 1974.
“Los amigos lo iremos a saludar y tendrá un almuerzo familiar” con motivo de su cumpleaños, dijo ayer el general retirado Guillermo Garín, uno de sus más estrechos colaboradores.