Por Ramón Lobo*
Desde Jerusalén

El líder de la OLP y candidato oficial de Al Fatah a la presidencia de la Autoridad Palestina (AP), Abu Abbas, asegura, en una entrevista al diario Asharq al Awsat, con sede en Londres, que la violenta Intifada de Al Aqsa –2000– fue un error. La declaración representa un cambio en la estrategia seguida por Yasser Arafat en los últimos cuatro años. “Es necesario mantener la rebelión lejos de las armas, porque la rebelión es el derecho legítimo del pueblo para expresar su rechazo a la ocupación por medios populares y sociales.” “La utilización de las armas ha sido negativa y debe acabar.”
Estas palabras, en un hombre que siempre se opuso en las reuniones de la OLP y de Al Fatah a la militarización de la revuelta de las piedras, se produce 48 horas después de que uno de los principales líderes de esa Intifada, Maruan Barguti, preso en una cárcel israelí y condenado a cinco reclusiones perpetuas, retirara su candidatura a la presidencia de la AP en las elecciones del 9 de enero. Barguti defiende los medios empleados en la segunda Intifada. “La opinión mayoritaria de los palestinos es contraria a esta declaración”, aseguró Sami Abu Zhuiri, vocero del movimiento islamista Hamas, que rechazó la posibilidad de abandonar las armas de manera inmediata y llamó a boicotear las elecciones del próximo 9 de enero. Zhuiri, citado por el diario Haaretz, dijo: “La estrategia palestina debe de ser discutida de forma seria y a través de un intenso diálogo”. El jefe político de esa organización radical, Jaled Mashal, afirmó que Hamas sólo pondrá fin a los ataques contra objetivos israelíes con el consenso de los palestinos. Mashal aseguró también en un programa de la BBC que ha mantenido contactos con EE.UU. y “contactos y conversaciones con la UE desde hace meses”. Estos fueron desmentidos por Javier Solana, responsable de política exterior de la Unión Europea.
Mientras tanto prosigue la violencia en la Franja de Gaza: milicianos palestinos hirieron ayer a tres trabajadores tailandeses, uno de ellos críticamente. Los tailandeses, empleados por colonos judíos para trabajar en sus campos de cultivo, se encontraban en el asentamiento de Gush Katia cuando fueron alcanzados por una granada de mortero. También un policía palestino murió y otros dos fueron gravemente heridos ayer por disparos de soldados israelíes en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. El ejército israelí voló varias viviendas en el campamento palestino de Jan Yunis.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.