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› EL LIDER DE LA OPOSICION PALESTINA CAUSO UNA SORPRESA EN VISPERAS DE LOS COMICIOS
Cómo es un arresto a la medida electoral
Mustafá Barguti, que está segundo en las preferencias de voto para las presidenciales palestinas del domingo, cerró ayer la campaña electoral provocando su arresto por los israelíes para relanzar su posición con vistas a ser líder de la oposición.
Por Ferrán Sales *
Desde Jerusalén
Mustafá Barguti, 51 años, médico de profesión, candidato independiente a las elecciones presidenciales palestinas y máximo rival del oficialista Mahmud Abbas, cerró el viernes su campaña con un golpe de teatro: hacerse arrestar durante unas horas por la policía israelí en Jerusalén Este. Era su cuarto incidente con las fuerzas policiales israelíes y su segundo arresto desde que hace dos semanas se iniciara la campaña a las elecciones presidenciales.
El propio Barguti había invitado pocas horas antes de su arresto a la prensa internacional a efectuar con él un paseo por la ciudad vieja de Jerusalén, con la intención de hacer propaganda en esta parte de la ciudad, consciente de que el acto iba en contra de las consignas impartidas por el gobierno de Israel, que ha tratado de impedir que los candidatos palestinos hagan proselitismo político en una ciudad que tratan de monopolizar.
“Ustedes están deteniendo a un candidato presidencial”, explicó Barguti mientras era aprehendido en la Puerta de los Leones y lo trasladaban al cuartel principal de la policía, el Complejo Ruso. De nada sirvieron sus excusas diciendo que en realidad iba a rezar en la Explanada de las Mezquitas. A media tarde, tras prestar declaración ante los funcionarios, el líder palestino fue puesto en libertad.
Con este acto, mezcla de exhibicionismo y resistencia, Barguti trataba de franquear la barrera del 20 por ciento de los votos, que es lo que le otorgan los últimos sondeos oficiales, aunque él asegura tener el apoyo de alrededor del 40 por ciento de los electores. Según los sondeos del equipo de este candidato, Mahmud Abbas dispondría de un 46% de votos, mientras que el resto serían indecisos.
“Represento esa mayoría silenciosa palestina, aproximadamente la mitad de la población, con la intención de que no esté callada nunca más”, había afirmado Barguti, para asegurar a continuación que es asimismo portavoz de una “coalición democrática fuerte”, Barguti, desde un punto de vista formal, se presenta en esta campaña como candidato de su propio partido, la Iniciativa Nacional Palestina, aunque en los últimos días ha ido sumando el apoyo de otras organizaciones y fuerzas políticas, de las que la más destacada es el Frente Popular para la Liberación de Palestina, que lidera Ahmed Saada, actualmente encarcelado en Jericó por su supuesta implicación en el asesinato del ministro de Turismo israelí, Rehavam Zeevi. “Respeto el derecho del pueblo palestino a oponerse de la ocupación israelí, aunque la solución a este conflicto debe encontrarse en un proceso de negociaciones”, ha venido afirmando este líder palestino, rehuyendo de esta manera pronunciarse con respecto a la lucha armada propugnada por las formaciones radicales, algunas de las cuales lo ven con simpatía.
Barguti ha elaborado una ambiciosa “agenda presidencial”, en la que contempla como una de sus primeras acciones la convocatoria inmediata de las elecciones legislativas, el nombramiento de un primer ministro que represente a la mayoría parlamentaria, la reestructuración de las fuerzas de seguridad, la convocatoria de una conferencia internacional de paz, similar a la celebrada en Madrid y la declaración de un alto el fuego, de acuerdo con las facciones y milicias, siempre y cuando los israelíes dejen de disparar.
La derrota electoral no parece amedrentar ni desanimar a Barguti, que está dispuesto a convertirse en el “líder de la oposición”. Es consciente de que nada puede hacer frente a la fuerza del candidato oficial Mahmud Abbas, quien cuenta en su favor no sólo con el apoyo de la comunidad internacional, sino también con la fuerza considerable de la maquinaria política del partido Al Fatah, que en muchas ocasiones se confunde con la propia Administración palestina.“Estoy orgulloso de poder participar en este proceso de cambio iniciado por la sociedad palestina y de demostrar asimismo a la comunidad internacional que somos capaces de decidir y enfrentarnos a nuestro futuro de manera pacífica y democrática, a pesar de todos los vaticinios pesimistas que se hicieron a raíz de la muerte de Yasser Arafat y de la situación hostil provocada por la ocupación israelí”, sostiene Barguti, quien se ha comprometido a que en cualquier caso continuará luchando por los derechos del pueblo palestino.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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