En una escena digna de un sainete, el vicepresidente de Perú, David Waisman, el “payasito”, como se lo conoce en los medios peruanos, se desmayó y fue internado en terapia intensiva poco después de tildar de “golpistas” a quienes lo rechazan como reemplazante del presidente Alejandro Toledo, si éste renuncia o es declarado “moralmente incapaz”. Después de que ayer se revelara un video en un canal de televisión local mostrando a Toledo en plena fiesta con vedettes, la oposición reafirmó su decisión de removerlo del sillón presidencial. La dudosa moral de Toledo, el bajo nivel de popularidad y el escándalo por la falsificación de firmas para la inscripción de su partido, lo ponen en la picota. Waisman, quien debería sucederlo, sufrió un ataque cardíaco al salir de un canal en donde estaba siendo entrevistado, ofuscado por los comentarios de sus opositores. Un líder gremial empresarial había dicho de él: “Si quieren a un honesto bruto, pongan mejor a un bulldog de presidente”, mientras que el ex ministro Fernando Rospigliosi lo calificó de “un inimputable que representa al mismo gobierno mediocre”.