El triunvirato de conducción de la CGT vivió ayer una nueva pelea. “Quiere estar en la vidriera todos los días, pero la vemos poco trabajar”, aseguró ayer José Luis Lingeri, alineado con Hugo Moyano, en referencia a Susana Rueda.
Además, Lingeri respondió a las declaraciones de Rueda, que había asegurado que su objetivo es construir una central con “gremialistas sin autos blindados ni guardaespaldas”. “Si encuentra un solo auto blindado le presentamos la renuncia hoy mismo a la compañera Rueda, así se queda al frente de la CGT”, reaccionó el dirigente de Obras Sanitarias.
En la misma línea, Lingeri se refirió a las declaraciones en las que la gremialista lo había acusado de “impotente”. “Pedí un turno a un sexólogo de fama, porque somos impotentes. Suerte que después se aclaró que éramos impotentes en la discusión, porque sino, yo ya me estaba haciendo problemas”, dijo el sindicalista, que además negó un respaldo a Carlos Menem. “Nosotros hoy estamos trabajando encolumnados junto al gobierno nacional del presidente Kirchner”, explicó.
Los cruces de declaraciones forman parte de la pelea previa a la renovación de la conducción de la CGT, prevista para julio. En esa oportunidad, la central gremial elegirá a un nuevo titular, que seguramente será Hugo Moyano.