EL MUNDO
› COMO SON LAS NORMAS A SEGUIR DISPUESTAS POR JUAN PABLO II
Modelo aggiornado para la transición
Aunque se trata de un proceso milenario, la muerte de un Papa y la elección del sucesor han tenido que incorporar elementos de la modernidad. La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, obra de Juan Pablo II, establece algunas normas llamativas:
- En el artículo 30 se dice que “a nadie le está permitido tomar con ningún medio imágenes del Sumo Pontífice enfermo en la cama o difunto, ni registrar con ningún instrumento sus palabras para después reproducirlas. Si alguien, después de la muerte del Papa, quiere hacer fotografías para documentación deberá pedirlo al cardenal Camarlengo, el cual, sin embargo, no permitirá que se hagan fotografías del Sumo Pontífice si no está revestido con los hábitos pontificales”.
- En el capítulo relacionado con la elección del nuevo Papa en la Capilla Sixtina, se dice que “de modo especial se deben hacer precisos controles, incluso con la ayuda de personas de plena confianza y probada capacidad técnica, para que no sean instalados dolosamente medios audiovisuales de grabación y transmisión al exterior”. O sea que deben contratarse técnicos que verifiquen que no haya micrófonos ni cámaras ocultas.
- En el artículo 40 hay una nueva mención a los medios: “Los cardenales electores, hasta la elección del nuevo Papa, deben abstenerse de mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios con personas de otro ámbito”. En otro artículo se prohíbe que los cardenales reciban prensa diaria o periódico de cualquier tipo, así como escuchar programas radiofónicos o ver transmisiones televisivas. Cuando se habla de “otros medios” o “cualquier tipo”, obviamente se está mencionando, de hecho, a Internet, los celulares y los sistemas más modernos.
- Por el contrario, cuando se habla del proceso de elección, el artículo 65 describe métodos más que artesanales. “A cada cardenal se le entregará una papeleta de forma rectangular que llevará en la parte superior las palabras Elijo para Sumo Pontífice, y en la parte inferior debe dejarse espacio para escribir el nombre del elegido. Por lo tanto la papeleta estará hecha para que pueda ser doblada. Cada cardenal escribirá claramente el nombre elegido con caligrafía lo más irreconocible posible.” Por esa vía se intenta que luego, en el escrutinio, no se pueda identificar por la letra quién votó tal o cual cardenal.
- Para que alguien sea elegido Papa debe obtener los dos tercios de los votos de los cardenales. El primer día del cónclave, a iniciarse 15 días después de la muerte del Papa, se debe realizar una votación. En la jornada siguiente, dos, una por la mañana y otra por la tarde. El tercer día, también dos. Si hasta ese momento ningún candidato obtuvo los dos tercios, habrá un día de descanso y oración. Luego se sigue con siete días consecutivos de dos elecciones diarias, luego otro día de descanso y oración, y finalmente otros siete días de dos elecciones diarias. Si al finalizar este último plazo nadie hubiera obtenido los dos tercios, el propio cónclave puede decidir alteraciones en la forma de votación, por ejemplo, que se vote sólo entre dos candidatos o que sea elegido Papa el que logre la mayoría absoluta de los votos.
- Aunque sólo pueden votar los cardenales menores de 80 años, el elegido puede ser cualquier persona que haya sido bautizada, incluyendo por lo tanto a un cardenal de más de 80 años o alguien que no sea ni siquiera obispo. Por lo tanto, el texto firmado por Juan Pablo II establece que si el elegido no es cardenal elector, se lo debe llevar hasta la Capilla Sixtina; allí se le informa de su elección, éste debe aceptar y anunciar qué nombre quiere adoptar, y, si no es obispo, de inmediato debe procederse a realizar la ceremonia en la que se lo ordena como tal. El paso final es que el primero de los cardenales diáconos anuncia al pueblo reunido en la plaza la elección del Pontífice, el nuevo Papa sale al balcón de la Basílica Vaticana e imparte la bendición Urbi et Orbi.