Dom 03.04.2005

EL MUNDO  › PARADOJICA DESPEDIDA A UN PONTIFICE DE DERECHA

Los jóvenes de plaza San Pedro

Por Peter Popham *

No van a la iglesia, muchos de ellos ni siquiera creen en Dios y es muy poco probable que observen las estipulaciones de Juan Pablo II en torno de la anticoncepción. Pero ayer los jóvenes fluyeron hacia la plaza San Pedro de a miles, “para rendir homenaje al Pontífice”, como dijo un estudiante. A pesar de su extrema fragilidad, el Gran Comunicador se hizo entender. Su vocero, Joaquín Navarro Valls, dijo que sus últimas palabras estuvieron dirigidas a los jóvenes en la plaza. “Los he buscado. Ahora ustedes vienen a mí. Y les agradezco.”
Afuera, bajo el sol primaveral, Piero Balzoni, de 24 años, le devolvió el cumplido. “Miren alrededor, mucha de la gente aquí es muy joven”, dijo. “No, no voy a la iglesia, tampoco van mis padres, excepto en Navidad y Pascuas. Pero ése no es el punto.” Este tema del Papa y la juventud es paradójico. El fue una figura intensamente conservadora, que ha frustrado a los católicos progresistas por más de dos décadas por sus lineamientos en torno de las mujeres en la Iglesia, los homosexuales, el derecho a elegir y muchos otros temas. Sin embargo, los jóvenes, aun aquellos que no son religiosos ni practicantes, sienten una gran afinidad con él. No conocen a otro Papa, no tienen otra imagen en sus mentes que Karol Wojtyla como líder de la Iglesia. Y mientras yacía en su lecho de muerte, miles de jóvenes en Italia y más allá lo toman muy personalmente. Es casi como que se hubieran quedado huérfanos.
“No creo que sea un conservador”, dijo Alessandro de Marinis, un estudiante de 24 años. “Fue un gran innovador en las relaciones entre la Iglesia y la sociedad. Pidió perdón a las demás religiones por las cosas malas que hicieron otros antes de él. Luchó contra todos los extremos ideológicos. Estaba siempre a favor de la paz y la libertad. Y es el único Papa que hemos conocido.” Mientras finalizaba la agonía del Papa, la vigilia en la Plaza pasó de ser una pequeña reunión personal a una multitud enorme y permanente. El viernes por la mañana, los turistas que caminaban por la plaza hacia la Basílica de San Pedro sobrepasaban en cantidad a los aproximadamente 100 que estaban en la plaza, rezando silenciosamente, solos o en grupos, leyendo los diarios o mirando hacia las ventanas de la habitación papal. Si hubiera muerto el viernes, los testigos del anuncio hubieran sido unos pocos. Pero ayer su “calvario”, como lo llama la prensa italiana, se había convertido en una parte más de la escenografía.
Su figura fue el centro de la atención aquí, como lo ha sido por más de una generación. Ayer hubo coros espontáneos en diferentes lugares de la plaza. Un grupo de personas extendió un cartel sobre el empedrado enfrente de la ventana del Papa por el próximo Día Internacional de la Juventud, el evento anual que inventó en 2000, y con velas deletrearon las palabras “con te” (contigo). Un grupo de mujeres polacas extendieron la bandera polaca sobre el suelo y cantaron himnos y leyeron plegarias. Había mensajes escritos en la bandera. “Crecí contigo”, decía uno en italiano. “Te amo. Por favor seguí rezando por nosotros y por la fe en el mundo.” Otro en inglés decía: “Así como mi mamá es la única madre que conozco, vos sos el único Papa que he conocido. Nadie podrá reemplazarte. Que encuentres la paz”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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