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BLOQUEOS EN EL ALTO, ORURO Y COCHABAMBA
Sin quórum para La Paz en el país andino
En el marco de una de las más numerosas manifestaciones en La Paz, los parlamentarios no obtuvieron el quórum para una sesión que debía tratar el referéndum autonómico y la Asamblea Constituyente. El presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, señalado de conspirador.
Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
El timbre sonó varias veces pero los diputados y senadores no concurrieron a la cita en cantidad suficiente para llegar al quórum e instalar la sesión congresal que debía tratar el referéndum autonómico, reclamado por el Comité Cívico de Santa Cruz de la Sierra, y la Asamblea Constituyente, que puso en pie de guerra a los movimientos sociales en el occidente del país. El propio presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, estuvo ausente de la sesión que él mismo citó, lo que potenció las denuncias de conspiración y crispó aún más el clima político en el país andino. Mientras tanto, las protestas sociales se radicalizaron con la quema de garitas policiales y algunos saqueos aislados. La ciudad fue “tomada” por los manifestantes a lo largo de todo el día, en reclamo de Asamblea Constituyente y nacionalización de los hidrocarburos, ante la expectativa de la sesión parlamentaria.
“Vaca Díez ha evitado el quórum, está jugando a la escisión del país”, dijo a Página/12 el senador oficialista Filemón Escobar. “El presidente del Congreso juega a ‘Vaca Díez presidente de la república’”, denunció, por su parte, el diputado del MAS, Jorge Alvarado, quien vinculó al senador con el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El propio Vaca Díez dijo temer un “corralito” de los manifestantes y, sospechosamente, la bancada del MNR, el ex partido de “Goni”, tampoco concurrió a la sesión.
La noche cayó ayer sobre La Paz resaltando las siluetas de miles de manifestantes que rodeaban el Congreso, fogatas dispersas en las calles y un fuerte olor a gases lacrimógenos, potenciados varias veces por la falta de oxígeno que provocan los 3600 metros de altura. Los manifestantes alteños cavaban zanjas y construían barricadas en la Plaza de los Héroes en lo que parecían preparativos para una guerra, mientras los campesinos anunciaban la intensificación de los bloqueos a partir de hoy.
Por la mañana, una marea humana ingresó a la hoyada paceña donde, al igual que en días anteriores, confluyeron vecinos alteños, maestros, campesinos y algunos estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA). En minutos, el tráfico desapareció del centro paceño, al tiempo que ensordecedoras explosiones de dinamita anunciaban la “ocupación” alteña de la ciudad. “Mesa cabrón, El Alto no te quiere”, coreaban los manifestantes junto a la ya tradicional consigna de “Fusil metralla, El Alto no se calla”, originada durante la represión de octubre de 2003.
La céntrica Plaza Murillo fue rodeada por policías fuertemente armados –en un repliegue del poder sobre sí mismo– y, esporádicamente, disparaban gases lacrimógenos contra quienes se atrevían a desafiarlos. En la víspera, el presidente Mesa acusó a las “minorías radicales” de “golpistas”, lo que parece estar consiguiendo resultados opuestos a los buscados por el mandatario. Los manifestantes marcharon por barrios paceños de clase media –habitualmente alejados del ruido de los petardos– donde al grito de “1, 2, 3, cierren los negocios, carajo” lograron paralizar el comercio y, posteriormente, bloquearon varios accesos a la exclusiva zona sur de la ciudad. “Nadie es imprescindible, ni el presidente ni el Congreso”, dijo el líder alteño Abel Mamani en respuesta a una pregunta de este diario acerca de si estaban pidiendo el cierre del Parlamento y la renuncia del primer mandatario. En la céntrica esquina de Colón y Potosí, estudiantes de Sociología de la UPEA respondían con dinamitazos a los gases lacrimógenos de la policía, en un “duelo” que duró varias horas. Varios periodistas calcularon en 50.000 a los manifestantes,en una de las concentraciones populares más masivas de los últimos tiempos.
El opositor Movimiento al Socialismo se muestra incómodo con la radicalización de las protestas, que ha superado a los dirigentes y resultan difíciles de controlar. “En El Alto prevalecen las consignas, no quieren entender que no es posible estatizar los hidrocarburos y echar a las petroleras”, dijo a Página/12 el diputado del MAS Gustavo Torrico, quien considera que “la ley actual es mucho mejor que la anterior” pero el manoseo entre el Congreso y el Ejecutivo provocó la actual ofensiva por la nacionalización. Sin embargo, señala que “no hay convencimiento en esa consigna, ni fuerza de combate”. Pese a lo cual, esa consigna está articulando a sectores diversos y permeando las propias bases del MAS. Los bloqueos se extendieron ayer a varias regiones del país, incluyendo Oruro y Cochabamba y, según los pronósticos, podrían expandirse hoy a otras regiones del país.
Entretanto, varios sectores pidieron un paso al costado de Carlos Mesa. El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Roberto Mustafá, consideró que el adelanto de elecciones es la única vía para evitar una confrontación más profunda, mientras que el empresariado cruceño apuesta, en mayor medida, a una sucesión presidencial que le entregue el poder a Hormando Vaca Díez, oriundo de ese departamento oriental y fuertemente resistido por los movimientos sociales. Ayer –en una reunión autoconvocada de los diputados– se solicitó la renuncia de Vaca Díez y las versiones de diversos tipos de golpe adquirieron un renovado vuelo en el ambiente político boliviano.
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