EL MUNDO
› EL “NO” HOLANDES LE EVITARIA LLAMAR A UN REFERENDUM
It’s good news for Tony Blair
› Por Marcelo Justo
El canciller británico Jack Straw reiteró ayer el mensaje oficial que siguió al “no” francés. “El referéndum holandés abre un profundo signo de interrogación sobre el futuro de la Unión Europea”, dijo el canciller en un comunicado. Straw comparecerá el lunes ante la Cámara de los Comunes para clarificar la posición del gobierno laborista.
La posición oficial es que la Unión Europea debe reflexionar sobre los próximos pasos a seguir. El secreto a voces es que Gran Bretaña no tendrá referéndum el año próximo tal como en su momento había prometido el primer ministro y que Tony Blair ha dado un suspiro de alivio ante la posibilidad de evitar una consulta popular que tenía pocas chances de ganar.
A diferencia de otras capitales europeas que insisten en principio con continuar con el proceso de ratificación, el gobierno británico desea abrir un compás de espera sobre la Constitución Europea y concentrarse sobre los temas que realmente preocupan a la gente: desempleo, crecimiento económico, inmigración, salud. La estrategia del gobierno es aprovechar la actual crisis y la presidencia rotativa de la Unión Europea que asumirá en julio para avanzar su proyecto de desregulación del mercado laboral europeo, mayor apertura comercial y alianza con Estados Unidos.
Por el momento, sin embargo, el gobierno laborista ha sido muy cauteloso con sus mensajes. El primer ministro quiere evitar a toda costa que, por declarar “muerta” la Constitución, Gran Bretaña sea acusada de asesinato.
Tony Blair llegó al gobierno en 1997 con la promesa de terminar la política de confrontación permanente de Gran Bretaña con la UE que había caracterizado al gobierno conservador. Aunque su “euroentusiasmo” se ha enfriado un poco desde entonces, en especial después de la guerra en Irak, el primer ministro se considera un europeísta y, como buen político, no le quiere dejar servida la salida de la impasse europea al político más responsable por la actual debacle constitucional: el presidente Jacques Chirac, que llamó a un referéndum que muchos aliados franceses y extranjeros desaconsejaban.