Vie 03.06.2005

EL MUNDO  › INICIATIVA BRITANICA PARA CONGELAR LA EUROCONSTITUCION

Ahora, la Carta Magna on the rocks

Después de los resonantes “noes” de Francia y Holanda a la Constitución Europea, ganaba terreno la idea de congelar el proyecto. Pero los 25 países de la UE, cuya unanimidad se necesita para aprobar cualquier proyecto, están divididos, y todo puede llevar a otra crisis.

Por Stephen Castle *
Desde Bruselas

Planes de inspiración británica para congelar la Constitución Europea después de dos aplastantes derrotas en referendos estaban ganando terreno ayer mientras la Comisión Europea cambiaba su posición sobre el tema. La esperada iniciativa de Tony Blair evitaría declarar muerta la Constitución y atrasaría cualquier referéndum en Gran Bretaña hasta que Francia y Holanda hayan revertido sus enfáticos “noes” a la Constitución.
Para convertirse en ley, la Constitución debe ser ratificada por las 25 naciones, pero Alemania, Francia y Luxemburgo, que ejerce actualmente la presidencia de la Unión Europea, han llamado a que la ratificación del tratado continúe. Esto conlleva la posibilidad de una pelea feroz en la reunión de la Unión Europea (UE) que se llevará a cabo en Bruselas en dos semanas. Ayer, una vocera del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que no había “formado su punto de vista” sobre la idea de un retraso. En una declaración, Barroso solamente agregó que todos los países “deben poder expresarse sobre el proyecto”, en vez de hacer un llamamiento a que continúe el proceso de ratificación.
Una fuente argumentó: “Debemos ser realistas, debemos reconocer la realidad. Una pausa es muy realista”. Blair ya tiene el apoyo del gobierno checo y está cortejando al premier danés, Anders Fogh Rasmussen. Mientras tanto, el premier irlandés, Bertie Ahern, no se refirió de forma directa al proceso de ratificación en un discurso que realizó.
El premier británico cree que los países que se enfrentan a referendos sobre la Constitución saben que no pueden tener esperanzas de persuadir a los votantes para apoyar un tratado que no puede, en este momento, entrar en vigencia. Sin embargo, el Reino Unido está determinado a no aceptar las culpas por declarar el acta de defunción del tratado.
Las discusiones en torno del futuro de la Constitución llegan mientras las consecuencias de los votos aplastantes en Holanda y Francia se vuelven más claras. Ahora se está responsabilizando parcialmente del rechazo francés y holandés a la Constitución a la reacción en contra de la admisión a la UE de 10 nuevos países, mayoritariamente ex comunistas, el año pasado. Mientras tanto, muchos votantes en Francia se rebelaron en contra del liberalismo de libremercado “anglosajón” que ven detrás de muchas políticas de la UE.
La enfermedad de la UE se convertirá en el problema personal de Blair el mes que viene, cuando Gran Bretaña entre en funciones con la presidencia rotativa de la UE por seis meses. Diplomáticos están preparándose para nuevos obstáculos en la apertura de conversaciones sobre membresía con Turquía el 3 de octubre, y otras movidas para comenzar una discusión similar con Croacia. Aunque los miembros de la UE han acordado admitir a Rumania y Bulgaria en 2007, estos planes podrían retrasarse un año. Mientras, los líderes de la UE se están preparando para una feroz batalla política sobre el futuro de una ley diseñada para abrir el mercado de la UE en el sector servicios. La llamada “Directiva Bolkestein” probó ser un tema enormemente polémico en el referéndum francés. Francia ahora podría hacer una movida para finalizar con la directiva planeada, que es respaldada por el Reino Unido, aunque ya ha perdido otros apoyos. Esto sería un golpe para la llamada agenda Lisboa, defendida por Blair, que apunta a incrementar el estancado crecimiento en la UE. Mientras tanto, las esperanzas de luchar por más reformas de la Política Agraria Común durante conversaciones globales de comercio este año parecen estar destinadas al fracaso.
Entre la decepción por los votos gemelos por el “no”, el Comisionado para la Ampliación de UE prometió ayer que la ampliación continuaría, pero admitió que el voto del referéndum había suscitado preguntas fundamentales en torno del apoyo popular para continuar la expansión. Olli Rehn dijo: “Estamos conscientes de los problemas de ampliación entre el público europeo, que ha jugado un rol en los referendos”, y agregó: “No se puede negar que el clima político frente a la ampliación es particularmente difícil en este momento”. Krisztina Nagy, la vocera de Rehn, dijo que la comisión está preparando un escrito para los gobiernos búlgaro y rumano a fin de que preparen un listado de las áreas en que todavía tienen preocupaciones por las reformas internas. Cinco áreas han sido identificadas en el caso de Bulgaria y siete en Rumania. Si las reformas no se concretan, la membresía de las dos naciones podría ser demorada por un año. Los países podrían, en teoría, bloquear sus membresías negándose a ratificar sus tratados para entrar a la UE, aunque esto es visto como una “opción nuclear”.
Más problemático para Gran Bretaña es su impulso para comenzar las conversaciones de membresía con Turquía el 3 de octubre. No sólo Francia, y ahora Holanda, deben ser cautos, ya que la oposición principal alemana está en contra de la membresía turca a la UE y podría llegar al poder en las elecciones de septiembre. Los mandatarios de la UE han acordado abrir las conversaciones, pero los 25 países acordaron un mandato para negociar con Turquía a fin de mes –y cualquier nación por sí sola podría bloquearlo–.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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