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Los abusos de Guantánamo
Un alto sospechoso de Al Qaida en la base de Guantánamo fue desnudado, forzado a ladrar como un perro y a oír la música de Cristina Aguilera, surgió ayer en medio del debate en aumento en la capital norteamericana sobre el futuro del centro de detención en Cuba. Sin embargo, el vicepresidente Dick Cheney (foto), afirmó ayer que no hay “ningún plan para cerrar” la prisión. Las últimas revelaciones surgieron del trato a Mohamed al-Khatani, un ciudadano saudita sospechado por investigadores norteamericanos de ser un frustrado candidato a “pirata aéreo número 20” del 11 de septiembre. El documento, cuyos extractos aparecen en la edición de ayer de la revista Time, es un registro de 50 días de interrogatorios entre 2002/03, con métodos adicionales de interrogatorio aprobados por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Las torturas incluían ordenarle a Khatani que “ladre para elevar su estatus social al de un perro”, y negarle el permiso a rezar; se le vertía agua en la cabeza y se ponía música de Aguilera para mantenerlo despierto en la sesiones de medianoche en una habitación decorada con imágenes de las víctimas del 11-S. Se lo obligó a orinarse en sus pantalones, y a colgarse fotos de mujeres semidesnudas alrededor de su cuello. Ayer, el Pentágono no desmintió las declaraciones del diario del sautita.