A partir del duro golpe que recibió el presidente colombiano Alvaro Uribe el sábado –25 militares muertos en dos ataques de las FARC en las fronteras con Ecuador y Venezuela–, aumentan las denuncias y las sospechas de la presencia de elementos de la guerrilla en los países vecinos. Uribe, que ya está en campaña para la reelección del año que viene, debe, por un lado, responder a las demandas de seguridad –que él mismo ha tenido como pilar electoral– y, por otro, tiene que encontrar una manera de lograr un apoyo y una coordinación efectiva con los gobiernos de Quito y de Caracas.
Ayer, en un nuevo ataque de las FARC, tres policías colombianos murieron y dos fueron heridos tras caer en una emboscada en el norte del país. El nivel de violencia y las sospechas de que el comando guerrillero que mató a 19 militares e hirió a otros ocho el sábado, en el municipio de Puerto Asís, en la frontera ecuatoriana, habría ingresado y huido por esta frontera fue el detonante para que el alcalde de la zona, Jorge Coral, impusiera el tema como prioridad para la región fronteriza.
Coral se alzó como la voz más fuerte en las demandas al presidente: “Los campesinos y toda la ciudadanía saben muy bien que la gran mayoría de la guerrilla que delinque en Colombia viene de Ecuador”. También agregó que en ese país vecino “están los subversivos que atentan contra nuestra riqueza, sobre todo contra la vida de muchos colombianos como pasó con los soldados que murieron el sábado”. Uribe respondió muy cautelosamente: “El tema lo hemos analizado y lo vamos a manejar con toda la prudencia con el gobierno ecuatoriano”. Sin embargo, el general Jorge Lésmez, comandante de las Fuerzas Armadas Colombianas (FAC) aseguró que ya “hay unos combates intensos en la frontera con Ecuador. Hemos desplazado aeronaves fantasma y helicópteros, con el ánimo de reforzar las tropas que combaten con el frente 48 de las FARC”.
En una reunión entre Uribe y militares y autoridades civiles ayer, tras el asalto a una base cercana a Puerto Asís, Coral le pidió al presidente que mantenga una comunicación constante con el presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio, para permitir coordinar medidas conjuntas que impidan el paso de los guerrilleros. “Pensamos que con el presidente actual debe haber un diálogo constante, porque no podemos seguir en esta lucha en la que soldados nuestros caen sin poder perseguir a los guerrilleros en la parte de Ecuador”, explicó el alcalde.
Las tropas colombianas también se vieron sorprendidas el sábado en la frontera nordeste con Venezuela, país que también fue acusado en el pasado de proteger a miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). En el ataque murieron seis militares mientras intentaban evitar un asalto a una vía que comunica dos municipios en el departamento del norte de Santander. Con las acciones guerrilleras de este sábado se eleva a por lo menos 87 el número de militares muertos en ataques a bases o patrullas desde principios del año, cuando las FARC reanudaron su accionar en lo que, según analistas, supuso el fin de un repliegue táctico de dos años.