Vie 01.07.2005

EL MUNDO

Cuando el “eje del mal” tuvo preso al Gran Satán

Mahmud Ahmadinejad, el duro elegido la semana pasada como presidente de Irán, puede haber liderado a los estudiantes que tomaron los rehenes norteamericanos hace 28 años.

Por Rupert Cornwell *
Desde Washington

Una nueva pregunta envenena las ya pésimas relaciones entre Estados Unidos e Irán. Mahmud Ahmadinejad, el presidente conservador electo el fin de semana pasado en la República Islámica, ¿fue el líder de los jóvenes iraníes que tomaron a 52 rehenes norteamericanos en Teherán por casi 15 meses entre 1979 y 1981? Algunos de los norteamericanos que estuvieron cautivos y la mayoría de los que estuvieron involucrados dicen que sí, pero Irán lo niega enfáticamente. Por su parte, la Casa Blanca está tomando las acusaciones “muy en serio”.
Si se comprueba que Ahmadinejad tuvo un rol central en este episodio tan grabado en la memoria colectiva norteamericana, las implicaciones podrían terminar con todos los esfuerzos por mejorar las relaciones bilaterales entre Washington y Teherán. También sería un duro golpe a las actuales negociaciones para controlar el programa nuclear iraní. El presidente iraní ya ha dado indicios de que está a favor de una línea intransigente en las conversaciones con Gran Bretaña, Francia y Alemania, en las que los poderes de la UE buscan detener el programa de enriquecimiento de uranio iraní, crucial en su supuesta búsqueda por un arma nuclear.
Las pruebas no son del todo claras. Cuando la embajada norteamericana fue tomada el 4 de noviembre de 1979 –en venganza por la negativa de la entonces administración Carter de entregar al exiliado y moribundo Sha Reza Pahlevi para ser enjuiciado–, Ahmadinejad hubiera tenido 23 años, la edad promedio de los estudiantes secuestradores. Una foto que circula en Internet muestra a un joven de cabello oscuro y barba con un rehén con los ojos vendados en el edificio de la embajada, poco después de la toma. Pero está en duda si se trata de Ahmadinejad.
Para algunos de los rehenes no hay dudas. “Es el hombre, no hay dudas”, dijo Chuck Scott, un coronel retirado del ejército estadounidense. “Podrían teñirlo de rubio y afeitarle la barba, vestirlo de traje, pero igualmente lo reconocería. Es un duro”, agregó Scott. “Algunos de los guardias (de la embajada) me dijeron que era muy estricto, que era muy antinorteamericano.” Otros testigos también señalaron que estaban convencidos de que Ahmadinejad fue uno de sus captores. Pero algunos de los norteamericanos que estuvieron bajo cautiverio por 444 días no están tan seguros y dijeron que no recuerdan que Ahmadinejad haya estado allí, aunque sin embargo admitieron que les era “algo familiar”.
Mientras tanto, Irán niega tajantemente estas acusaciones, tal vez un indicio de que se dieron cuenta de que, si se llegara a confirmar que el próximo presidente fue uno de los principales protagonistas de la saga de los rehenes, la normalización de relaciones con Washington y Occidente serían aún más problemáticas. Mohsen Mirdamadi, un líder estudiantil en ese momento, le dijo a la BBC que Ahmadinejad “nunca estuvo con ellos.” Abbas Abdi y Hamid Jalaiepour, otros dos líderes estudiantiles que participaron de la toma, dijeron lo mismo. Los tres ex líderes estudiantiles ahora son reformistas y firmes opositores a las políticas de línea dura de Ahmadinejad y no tendrían razones para ocultar su involucramiento.
Pero todas estas negativas no han hecho nada para tranquilizar a la administración Bush. Scott McClellan, el vocero de la Casa Blanca, dijo que las declaraciones de ex rehenes “abren muchas preguntas” sobre el hombre que está por liderar un país clasificado por Bush como “un miembro fundador del eje del mal”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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