Sáb 02.07.2005

EL MUNDO  › VOLVIERON A FRUSTRARSE LAS ELECCIONES
ANTICIPADAS EN BOLIVIA

El Parlamento que no quería morir

Intereses políticos, regionales y hasta personales desbarataron un acuerdo en Bolivia y volvieron a sumir a los diputados en la contradicción entre Asamblea Constituyente y referendos autonómicos.

Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

En Bolivia, el orden de los factores altera, sin ninguna duda, el producto. Las fechas de convocatoria a Asamblea Constituyente –reclamada por los movimientos sociales– y referéndum autonómico –demandado por las elites de Santa Cruz– han vuelto a frustrar un acuerdo político que permita la renovación del sistema político mediante elecciones anticipadas. Luego del estrepitoso fracaso de ayer en la madrugada, cuando fue rechazada la moción de reforma constitucional para acortar el mandato de los legisladores, los diputados se reunirán nuevamente el lunes próximo, sin acuerdos ni consensos previos, con la transición empantanada por intereses políticos, regionales e incluso personales de quienes deben dar un paso al costado.
El Movimiento al Socialismo y Nueva Fuerza Republicana reclaman la elección de constituyentes antes de las elecciones generales y la simultaneidad de esta “instancia refundacional” con la consulta autonómica, lo cual es rechazado por la bancada y las organizaciones cívicas cruceñas, que ya han convocado a un referéndum de facto para el 12 de agosto. Es decir, antes de la Constituyente, a la que perciben como una amenaza a sus intereses. Entretanto, el líder campesino Román Loayza insistió en que “peligra la tregua y podrían reanudarse los bloqueos”, aunque varios dirigentes reconocen que “el movimiento social está cansado, luego de las jornadas de mayo y junio”.
En la noche del martes se había llegado a un acuerdo de jefes de bancada para habilitar la convocatoria a elecciones generales que incluyeran al Congreso en diciembre próximo, la aprobación de una declaración cameral que prorrogaba la Constituyente para julio de 2006 y dejaba el espinoso tema del referéndum en manos de una próxima Asamblea Legislativa, donde se debería definir la pulseada para definir la fecha. Sin embargo, apenas instalada la sesión, las desconfianzas mutuas hicieron estallar los consensos de los jefes de bancada, en medio de acusaciones entre los masistas y la brigada cruceña acerca de quién pateó el tablero. “El acuerdo no fue posible porque no existían las garantías de que el referéndum y la Asamblea Constituyente se hicieran en la misma fecha”, expresó el jefe de bancada del MAS, Antonio Peredo. “Los que inviabilizaron la sesión fueron los del MAS, que no quieren referéndum de ninguna forma”, disparó el diputado cruceño, del MIR, Guido Añez.
“¿Por qué los cruceños tienen tanto miedo de discutir las autonomías en el marco de la Constituyente?”, preguntaba desde su curul –y sembrando la semilla de la duda– la diputada indígena del MAS, Inés Miranda. Y ésa es la madre del cordero: “La Constituyente puede ser buena o mala, depende cómo se la quiera mirar”, dijo a Página/12 el vocero del Comité Cívico cruceño, Daniel Castro, y pasó a aclarar: “Si es un escenario de encuentro entre los bolivianos, bienvenida. Pero si se transforma en una asamblea popular donde los originarios busquen revancha frente a los blancoides con la excusa de su exclusión va a ser una mala opción”.
El empate parlamentario se basa en que ni los que sólo quieren elecciones ni los que quieren Constituyente consiguen los dos tercios para imponer su posición, lo que pone en riesgo la convocatoria electoral que debe llamar el presidente interino, Eduardo Rodríguez Veltzé. “El presidente de ninguna forma aceptaría quedarse hasta el 2007”, declaró el delegado presidencial para Asuntos Políticos y Electorales, Jorge Lazarte. Es que la propuesta del partido de Evo Morales incluía la permanencia de Rodríguez Veltzé hasta 2007 y el acortamiento del mandato de los diputados que sería absorbido por el de los constituyentes. “La sustitución del Congreso por una Asamblea Constituyente es un golpe a la democracia y yo no soy golpista”, justificó su voto la primera vicepresidenta de la Cámara baja, Nora Soruco. “Evo quiere gobernar sin Parlamento bajo el mandato de Hugo Chávez”, chicaneó otro parlamentario. Minutos más tarde, se desvaneció cualquier posibilidad de acuerdo, cuando el no al proyecto de convocatoria electoral por medio de la modificación del artículo 93 de la Constitución superó al sí por 54 a 50 votos.
“El MAS queda ahora como el chico malo que con su voto negativo del jueves inviabiliza las elecciones, mientras el MNR y el MIR ahora quedan como los abanderados de la renovación”, dice el analista Carlos Börth, para quien el cambio de posición de Evo Morales, que inicialmente aceptó centrarse en las elecciones anticipadas, se basa en que el martes se conoció una encuesta –de la empresa Mori y Unitel–, que lo ubica en cuarto lugar con el 12 por ciento de los votos. El primero lo ocupa Jorge Quiroga, ex vice de Hugo Banzer, con un 17.
Cualesquiera sean las razones –cumplir con el mandato popular o acomodarse al cálculo electoral– el ajedrez político boliviano se prepara para inciertas movidas de fichas el lunes próximo, mientras los congresistas le pidieron a Rodríguez Veltzé algo más de tiempo. El mandatario les había dado plazo hasta el próximo miércoles para llegar a un acuerdo; en caso contrario convocará a elecciones sólo para presidente y vice. La peor de las opciones, si se considera el rechazo social al Parlamento y el pedido de “que se vayan todos”.

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