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› JEFFERSON BAJO SUS CRITICAS, DESCONCERTANDO AL GOBIERNO
Surge de nuevo el hombre primitivo
El diputado Roberto Jefferson, quien anteayer había amenazado al ex jefe de Gabinete José Dirceu con no poder controlar sus “instintos primitivos”, apareció conciliador pero mordaz ante,el Comité de Etica del Congreso por el escándalo de sobornos.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Roberto Jefferson prometió controlar sus “instintos primitivos”. Lo dijo ayer en el Congreso y agregó “no tener más nada que decir” sobre el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, al que tiene a maltraer desde hace dos meses con denuncias de corrupción. El diputado del Partido Trabalhista Brasileño (PB) confesó que las últimas municiones contra el Palacio del Planalto las gastó el martes en su virtual careo con el ex ministro jefe de la Casa Civil José Dirceu, quien abandonó su cargo sospechado de orquestar la recaudación ilegal de fondos. Y “eximió” a Lula de toda culpa o involucramiento directo en el caso de los sobornos, aunque esto fue ampliamente visto como una especie de floreo retórico en medio de una operación destinada a hundir a su gobierno.
Estrategia del atacante:
Un Jefferson descontraído contó que se “guardó” la denuncia de acuerdos entre emisarios de Dirceu y Portugal Telecom, que conmocionaron al ya estresado ambiente político, para poner en aprietos a su enemigo. Ante la Comisión Investigadora de Pagos de Sobornos (el “mensalao”) a diputados, Jefferson aclaró que Lula nada sabía del caso. “Si mis declaraciones (del martes) en algún momento levantaron sospechas sobre el presidente Lula, quiero decir que no fui claro.”
En la supuesta negociación se exigió a la empresa, que es la mayor inversora portuguesa en Brasil, el pago de 24 millones de reales negros a cambio de contratos con el Estado. En un comunicado, el presidente de Portugal Telecom, Miguel Horta e Costa, reconoció haber recibido al empresario Marcos Valerio, pero desmintió que éste negoció como representante del gobierno, lo que Jefferson dio a entender en un primer momento. De todos modos, la visita de Valerio a Portugal deja muchos interrogantes. Uno de ellos es con qué argumento el empresario acusado de hacerlo para el gobierno fue recibido por el ex ministro de Obras Públicas de Portugal.
Conciliador pero siempre mordaz, Jefferson dijo que el publicitario Marcos Valerio, por cuyas empresas pasaron millones de reales para financiamiento ilícito partidario, sería una especie de “embajador” brasileño ante Portugal. El paso al costado de Jefferson desconcertó a muchos, pero en el gobierno no bajan la guardia. Paulatinamente la estrategia de Jefferson comienza a ser develada: lanzar una revelación conmocionante y dejar que la prensa la constate, para así ganar credibilidad, con lo cual todo el sistema de comunicación política, incluyendo gobierno, partidos y medios, comienza a pivotear en torno de su figura. Así, en 60 días y pese a reconocer que embolsó cuatro millones de reales ilícitos (algo que reiteró ayer), hoy Jefferson y no Fernando Henrique Cardoso es el verdadero contrapunto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, por lo menos en esta coyuntura de crisis.
Entretanto, tres comisiones parlamentarias de investigación sesionaron ayer: la de compra de votos o “mensalao”, la de corrupción en el Correo y la que estudia ilícitos en el Bingo. Tamaño despliegue investigativo amenaza parar por completo al Congreso y comienza a restar eficacia a los trabajos.
PT y PSOE:
Aunque relegada a un segundo plano informativo por los espectaculares movimientos de Jefferson, la conmoción interna en el Partido de los Trabajadores no ha sido superada y todo indica que la temperatura irá creciendo de aquí al 18 de septiembre, fecha marcada para las elecciones en las que 820 mil afiliados están habilitados para votar.
Ayer el presidente interino del partido, Tarso Genro, que asumió el 9 de julio tras la renuncia de José Genoino, comparó el actual momento de su agrupación con el Partido Socialista Obrero Español de 1996, cuando fuera derrotado por los conservadores de José María Aznar debido, en parte, a los escándalos de corrupción que involucraron a líderes ligados al ex premier Felipe González. Sin nombrar directamente a José Dirceu, cuyo poder en el PT era incontestable hasta el 9 de julio, Genoino lo responsabilizó de la debacle e, implícitamente, de un posible traspié electoral en las presidenciales de octubre del 2006.
Con esas afirmaciones al sitio de noticias UOL Genro, que también es candidato a la presidencia petista, refuerza su distanciamiento público de la antigua conducción, un movimiento imprescindible para ganar legitimidad frente al descontento generalizado con el “dirceuis-mo”. Para Genro es imprescindible garantizar la unidad partidaria hasta septiembre, una premisa que ya fracasó a nivel parlamentario donde una veintena de legisladores crearon un bloque autónomo de la conducción, al que llamaron “PT Libre” y que, prometieron, rechazará proyectos enviados por el Ejecutivo que transgredan el programa con que el partido venció en las presidenciales del 2002.
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