“Los gobernantes que hasta hace poco nos hablaban contra el modelo, que nos decían que el modelo estaba terminado, ahora no tienen el coraje para poner a la Argentina de pie”, afirmó ayer en Plaza de Mayo el titular de la CGT disidente, Hugo Moyano. En el acto central de la protesta convocada por esa central que incluyó un paro de doce horas, el dirigente camionero reclamó un aumento de salarios y criticó duramente al gobierno de Eduardo Duhalde, aunque aseguró que si “el Gobierno levanta una causa nacional y popular, el pueblo lo va a acompañar hasta las últimas consecuencias”.
Si bien el acto de la Plaza de Mayo contó con una presencia importante de trabajadores, la medida de fuerza tuvo poca repercusión, ya que no paró el transporte. En el interior, algunos gremios efectuaron paros simbólicos y realizaron actos similares al de la Capital Federal.
Desde el mediodía, una nutrida columna del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), que dirige Raúl Castells, realizó una marcha por la zona céntrica, se detuvo frente al edificio del PAMI, pasó por la Plaza de Mayo y siguió por la zona bancaria hasta integrarse al acto de la CGT rebelde, donde fue recibida con alborozo por el locutor del acto, ya que en un momento pareció que la columna había seguido su camino.
El paro se sintió en el Congreso de la Nación, donde adhirió la mayoría de los trabajadores. En Tribunales, la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación cortó la calle Talcahuano mientras se concentraba para dirigirse a la Plaza. Sobre la 9 de Julio se concentraron diferentes gremios, que ingresaron a la plaza por Diagonal Sur y Avenida de Mayo. Las pancartas identificaban a los sindicatos de ceramistas, peones de taxis, alimentación, farmacia, molineros y de algunas dependencias oficiales. Pero las columnas más numerosas fueron, además de la del MIJD, la del SMATA, con su secretario general, José Rodríguez, a la cabeza y la de UTA, que ingresaron por Diagonal Sur y ocuparon parte de la plaza y la calle Hipólito Yrigoyen. En esta zona se produjeron enfrentamientos a puñetazos cuando estaba hablando Moyano, entre un grupo que intentó colgar carteles de Adolfo Rodríguez Saá y otro que se lo impidió. Los camioneros, la agrupación que llevó más gente, entraron por Avenida de Mayo, guiados por el hijo de Moyano, Pablo, y un gran cartel con la imagen del jefe cegetista y la frase: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”. La mitad de la plaza quedó llena, con gente más dispersa en las calles laterales, ya que el palco estaba emplazado delante de la Pirámide, mirando hacia Avenida de Mayo. En él se encontraban dirigentes gremiales, el diputado Daniel Carboneto, del Polo Social, Jorge Rachid, ex candidato a senador también por el Polo, y el abogado de esa central, Héctor Recalde. Fue notable la ausencia de la UOM, que recientemente se separó de la CGT de Moyano, así como de dirigentes y legisladores del PJ.
La primera oradora fue Silvina Hualpa, secretaria general de la FUA, quien indicó que la federación estudiantil había intervenido en la jornada de protesta de los piqueteros y en la de los productores agropecuarios y “ahora participamos en estas del 22 y del 29 de mayo de nuestro movimiento obrero” y convocó a la “unidad en la acción para construir un proyecto nacional y la unidad del pueblo”. La siguieron Julio Barravino, secretario general de la Confederación Económica de la provincia de Buenos Aires y Juan José Moreira, de la Juventud Sindical Peronista.
Antes de que hablara Moyano, subió al palco Nina Pelozzo, esposa de Raúl Castells y dirigente del MIJD. La mujer reivindicó la lucha de su esposo, de quien reclamó la libertad, ya que se encuentra detenido en su domicilio. Con varias frases de Eva Perón, Pelozzo convocó también a la “unidad de los luchadores populares” y advirtió que si “el Gobierno continúa con esta política de sometimiento al FMI, no habría que descartar que el pueblo produzca otra movilización como la del 20 de diciembre”.
Mientras el acto se efectuaba en la Plaza, a sus espaldas, en la Casa Rosada se había efectuado una reunión del gabinete de ministros con elPresidente. Y cuando Moyano comenzó a hablar, ingresaba a la Casa de Gobierno el presidente del Banco Central, Mario Blejer.
Moyano también pidió la libertad de Castells y después fustigó a quienes lo criticaron por haber postergado el paro que en principio había sido anunciado para el 14 de mayo. “Esta plaza llena es la respuesta a las mentiras y denuestos que se dicen de los trabajadores que no hemos abandonado la lucha”, señaló. Pero la parte central de su discurso apuntó a criticar al gobierno duhaldista: “No podemos andar mendigando un dólar por el mundo como gusanos, mientras acá se profundiza la crisis –indicó-, hagamos una política nacional y banquemos las que vengan”.
El camionero llamó a la unidad de todos los sectores, “porque ninguno puede dar por sí solo esta lucha, tenemos las puertas abiertas para que vengan todos y también para que se vayan los que no quieren luchar”. Más adelante abordó el tema de los salarios: “¿Cómo puede ser que un gobierno que se dice peronista evite hablar de los salarios?”, preguntó. “Se niega a hablar de estos temas centrales y se pone a hablar de estupideces, como la reforma política o las imposiciones del FMI y así se pierde el tiempo y el enemigo sigue avanzando; el Gobierno no tiene el coraje, no tiene agallas, para cambiar esta historia negra que vive nuestro pueblo”, precisó.