EL MUNDO
La Constitución que deja a Irak en desconstitución
El veto de los árabes sunnitas –un 20 por ciento de la población iraquí– y de una fracción de la mayoría chiíta rompió el plazo, que vencía ayer, para acordar una Carta Magna.
› Por Kim Sengupta *
El presidente estadounidense George Bush se ha involucrado personalmente en frenéticas negociaciones en un último esfuerzo por salvar la nueva Constitución de Irak, instando a los líderes chiítas a hacer concesiones a los sunnitas. Pero anoche no había ninguna señal todavía de que los funcionarios sunnitas aceptarían la “oferta final” de los chiítas y los kurdos en los temas clave del federalismo y la prohibición de ex baazistas de la vida pública.
Mientras la administración estadounidense proclamaba en público su optimismo sobre el proceso político, la administración estadounidense parecía estarse preparando para su descarrilamiento con planes urgentes para enviar más refuerzos militares a gran escala. Este diario supo que las fuerzas extra que están siendo enviadas a Irak para un esperado rebrote de los ataques insurgentes serán triplicadas. El Pentágono había anunciado que dos batallones de la 82ª División Aerotransportada, alrededor de 1500 efectivos, serán desplegados. Pero, de acuerdo con altas fuentes estadounidenses, una brigada de alrededor de 5 mil efectivos será enviada para combatir los violentos efectos de la crisis de la Constitución.
El presidente Bush pidió al líder chiíta Abdul Aziz al Hakim que cambiara la redacción del borrador para apaciguar a los sunnitas. Al mismo tiempo, Zalmay Khalilzad, el embajador de Estados Unidos, había pedido ayuda al Gran Ayatola Ali al Sistani, el líder espiritual de los chiítas.
Funcionarios estadounidenses descartaron afirmaciones de que la intervención presidencial era un signo de desesperación. Un vocero de la Casa Blanca, Trent Duffy, dijo: “Lo que refleja es que éste es un proceso iraquí, y que Estados Unidos está en él para ayudarlos. No vamos a comentar cada movimiento. Apoyamos el proceso”. El acuerdo ofrecido por los chiítas y los kurdos es proponer que el mecanismo de la estructura federal sea postergado hasta después de las elecciones previstas para diciembre. De la misma manera, el tema de la participación baazista en la política sería dejado a la asamblea post-elección.
Abbas al Bayati, un alto funcionario chiíta, dijo: “Es esto, éstas son las propuestas finales. No podemos ofrecer más que esto. Ahora está en manos de nuestros hermanos árabes sunnitas”. Funcionarios chiítas también declararon que no eran posibles más compromisos sobre el tema de los baazistas. El Partido Baaz, dominado por los sunnitas, ha sido culpado de llevar a cabo atrocidades contra las comunidades chiítas después de rebeliones frustradas. Se dice que Al Hakim dijo al presidente Bush que la alianza chiíta “podría rechazar la Constitución si se remueve el artículo sobre el partido baazista”. Hajim al Hassani, vocero de la Asamblea Nacional, dijo: “Si no podemos llegar a un acuerdo, Dios no lo permita, la Constitución será presentada al pueblo iraquí el 15 de octubre para un referéndum”. Los clérigos sunnitas, que instaron a un boicot a las elecciones a comienzos de este año, ahora están urgiendo a los votantes a empadronarse.
Negociadores sunnitas insistían anoche en que debe prestarse atención no sólo en el mecanismo sino en los principios del federalismo y la participación baazista. Sadoun Zubaydi, miembro sunnita del comité de redacción del borrador, declaró: “Tanto el principio como el mecanismo deberían postergarse. Nuestra política es la descentralización, pero no el federalismo político con fronteras, división de recursos, etcétera. Eso es separatismo, no federalismo”. La enemistad entre árabes sunnitas y kurdos –que en realidad son también sunnitas– resurgió cuando líderes árabes acusaron a los kurdos de preparar el terreno para una secesión en Irak.
“El federalismo sigue siendo el tema central”, continuó Zubaydi. “La intransigencia kurda hace que sea difícil esperar un acuerdo.” Arabes sunnitas han propuesto brindar status federal a tres provincias en el norte kurdo, mientras que el borrador actual no impone límites al número de provincias que pueden unirse a la entidad federal. Los árabes ven esto como un intento kurdo de incorporar a Kirkuk, con todos sus pozos petroleros, a un futuro Estado autónomo.
Ghazi al Yawar, el vicepresidente, que es sunnita, dijo que el borrador actual fue escrito para el beneficio de kurdos y chiítas, y estaba “muy alejado de las aspiraciones de la totalidad del pueblo iraquí. Queremos que esta Constitución mantenga la unidad de Irak y de derechos a todos los iraquíes”. Los funcionarios sunnitas sostienen que el federalismo es simplemente un pretexto para que los chiítas y los kurdos se adueñen del norte y sur del país, rico en petróleo. Están apoyados por el clérigo radical chiíta Muqtada al Sadr y sus partidarios en el centro de Irak –relativamente pobre de recursos– que sostienen que las facciones chiítas rivales en el sur están confabuladas con Irán.
Los negociadores sunnitas no quieren ser vistos como “cediendo” sobre el borrador. Muchas figuras públicas sunnitas no están involucradas en las conversaciones, pero han tomado notoriamente una línea dura. El reconocido predicador Tarek Abdulla declaró: “El federalismo es un puñal que los ocupantes y sus aliados quieren clavar en el cuerpo del país. Los debemos detener”. Gran número de sunnitas, así como de chiítas partidarios de Al Sadr, marcharon ayer contra la Constitución en la ciudad sunnita de Baba, llevando fotografías de Saddam Hussein y cantando slogans en apoyo al ex dictador.
Unos cientos de miles de partidarios de Al Sadr marcharon en ocho ciudades iraquíes, incluyendo a 30 mil personas que se habían reunido antes para un sermón en el distrito de Sadr City de Bagdad. Los manifestantes llevaban imágenes de Irak rebanado por un cuchillo ensangrentado y pedían la unidad árabe.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.