EL MUNDO
› EL PRESIDENTE DE EE.UU. NOMINA A SU ABOGADA PARA EL TRIBUNAL
Una amiga le hace la Corte a W.
El mismo día en que asumió el presidente de la Corte Suprema, el conservador John Roberts, Bush nombró a Harriet Miers para el puesto de la moderada Sandra O’Connor. Dijo que Miers interpretaría estrictamente la Constitución –léase será conservadora–.
› Por Rupert Cornwell*
Desde Washington
Los republicanos, los demócratas y los grupos interesados, preocupados, han comenzado un intenso escrutinio de Harriet Miers, la consejera legal de la Casa Blanca nominada por el presidente Bush para ocupar la importante vacante creada por la renuncia de la jueza de la Suprema Corte de Justicia Sandra Day O’Connor. Bush anunció su elección ayer en su matutina aparición en la oficina Oval, con Miers, de 60 años, a su lado.
Una vez la primera mujer presidente de la Asociación de Abogados de Texas, Miers es una amiga personal y aliada de larga data del presidente, sirviendo como su abogada personal antes de su llegada a la Casa Blanca en 2001, en la tarea clave de secretaria de personal. Luego fue promovida a vicejefa de personal antes de convertirse en consejera de la Casa Blanca, la principal abogada del presidente.
El punto saliente, sin embargo, desde la perspectiva de la audiencia de confirmación, que probablemente comience a fines de este mes o a principios del próximo, es que aunque es una abogada, nunca ofició como juez. Por lo tanto no deja ningún “rastro” de dictámenes u opiniones que puedan echar luz sobre su visión de temas vitales que probablemente aparezcan en el juzgado, incluyendo el aborto, los derechos gay y las relaciones iglesia-estado.
La perspectiva es desconcertante para todos. Aunque la inicial reacción de los demócratas no fue favorable –por cierto, su líder en el Senado, Harry Reid, está entre aquellos que le instaron a Bush a que considerara a Miers–, el partido querrá asegurarse que no es una conservadores ideológica que inclinará la corte decididamente hacia la derecha.
O’Connors, a quien Miers reemplazará, era a menudo el voto oscilante entre los nueve jueces. Pero los conservadores no están menos preocupados que Bush, en el punto más débil de toda su presidencia, pueda haber perdido la oportunidad de hacer precisamente eso.
Al presentar a su nominada, Bush dijo que ella no legislará desde la Corte y que interpretaría estrictamente la Constitución –lenguaje codificado para asegurar a los conservadores que Miers es una de ellos–. No por coincidencia, su nominación llegó el día en que John Roberts –que fue confirmado la semana pasada por un voto 78-22 por todo el senado –se hizo cargo de su tarea como presidente de la Suprema Corte. El presidente Bush estará deseando que su nueva elección disfrute de últimas de un viaje tranquilo. Pero ayer nada era seguro.
“Este fue un buen primer día”, dijo Charles Schumer, un demócrata de Nueva York en el Comite Judicial, que votó contra el juez Roberts. Pero, añadió. “No sabemos cuán bueno.” Sus palabras podrían presagiar un forcejeo entre los demócratas y la Casa Blanca sobre la revelación de documentos que pudieran dar una indicación sobre el pensamiento de Miers en temas delicados. Otro factor podría ser la apariencia de amiguismo. Los críticos del presidente pueden decir que Bush le está dando prioridad en un nombramiento vital a la amistad y a la lealtad sobre la idoneidad del individuo para el puesto.
La Casa Blanca se adelantó a esos cargos con una declaración del vocero de Bush, Scott McClellan, afirmando que Miers “trae amplia y diversa experiencia que será muy útil” a la Corte. Anoche, Arlen Specter, el presidente republicano del Comité Judicial, dijo que esperaba que Miers fuera confirmada antes del Día de Acción de Gracias, la última semana de noviembre. Pero si sus dudas se vuelven serias, los demócratas se verán tentados a montar un filibustero contra ella.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère