EL MUNDO
› EL EX PRESIDENTE QUIERE VOLVER A PERU EN EL 2006
Los cuentos chinos de Fujimori
Por Carlos Noriega
Desde Lima
¿Vuelve “el Chino”? Pese a estar inhabilitado hasta el año 2011 para un puesto público y a tener orden de arresto en su país por cargos de corrupción y violaciones a los derechos humanos, el ex presidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000), de 67 años, anunció ayer oficialmente su lanzamiento como candidato presidencial para las elecciones de abril del 2006. El anuncio lo hizo en una rueda de prensa realizada en Tokio, ciudad en la que está refugiado desde el año 2000, para eludir a la Justicia peruana, luego de dictar una conferencia titulada “Hacia la Presidencia”.
“Tengo el 30 por ciento de apoyo. La agrupación Sí Cumple es la fuerza más poderosa en el Perú”, aseguró Fujimori, exagerando el respaldo popular que conserva. Una encuesta de la empresa Datum ubica a Fujimori con un 15 por ciento de intención de voto, lo que lo coloca en tercer lugar, luego de la candidata de la derechista Unidad Nacional (UN), Lourdes Flores, que tiene 18 por ciento, y del ex presidente Alan García (1985-1990), del socialdemócrata partido APRA, con 16 por ciento. Esto significa una caída de cinco puntos para Fujimori, a quien en agosto Datum daba un apoyo del 20 por ciento. Una encuesta de la Universidad de Lima coincide con darle al prófugo ex presidente un 15 por ciento de respaldo. Ambas encuestadoras, y otras, también coinciden en que la mayor fuerza electoral de Fujimori está en los sectores más pobres de la población, aunque también tiene un importante respaldo entre los empresarios más poderosos. La encuesta de la Universidad de Lima revela que mientras Fujimori tiene un 27 por ciento de apoyo en el sector de extrema pobreza y un 17 por ciento entre la población en situación de pobreza, al otro extremo tiene entre un 5 y un 9 por ciento en los sectores sociales medios y altos. La encuesta de Datum confirma esta tendencia.
Los analistas coinciden en explicar este respaldo popular por el clientelismo bien organizado y aceitado que llevó adelante el régimen fujimorista durante una década, que consistió, por ejemplo, en repartir alimentos junto a la foto del entonces presidente o en las visitas personales de Fujimori a los barrios pobres para “regalar” desde medicinas hasta alguna pequeña escuela, como si se tratara de una donación personal y no de una obra estatal. Otro bastión clave del fujimorismo está en los pueblos rurales más olvidados, a los que el gobierno de Fujimori llegó construyendo autopistas, hospitales o escuelas o instalando servicios de luz o agua. La derrota del terrorismo, producida luego de la captura en 1992 del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, también tiene un peso para inclinar a favor de Fujimori a muchos habitantes de las zonas rurales fueron los más afectados por el terrorismo. “Otro factor a favor de Fujimori es el mal gobierno de Toledo”, agregó Uceda.