Sáb 08.10.2005

EL MUNDO  › UNA ENMIENDA COMPLICA LOS PLANES DE LA CASA BLANCA

Presupuesto militar sin picana

Una de cal y una de arena. El Senado de Estados Unidos aprobó ayer por unanimidad, con 97 votos a favor, un proyecto de ley de gastos de defensa para el año fiscal 2006, que incluye 50.000 millones de dólares para las operaciones militares en Irak y Afganistán. Sin embargo, el proyecto de ley no goza del agrado de la Casa Blanca, que amenazó con vetarlo, ya que los legisladores suprimieron unos 7000 millones de dólares del monto que solicitó el gobierno e incluyeron una enmienda que busca reglamentar el trato de los extranjeros detenidos como parte de la lucha antiterrorista.
La enmienda, propuesta por el senador republicano John McCain, un prisionero de guerra durante el conflicto en Vietnam, propone que se establezcan normas de interrogatorio y se prohíba el tratamiento degradante a prisioneros bajo custodia militar. McCain presentó la enmienda a raíz del escándalo por el abuso de prisioneros en la cárcel iraquí de Abu Ghraib y en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo (Cuba). El escándalo por dichos abusos y torturas de los detenidos suscitó el repudio de la comunidad internacional, principalmente de los países árabes y musulmanes. McCain, cuya labor ha sido elogiada por grupos defensores de los derechos humanos, ha dicho que esas normas serán una valiosa ayuda para soldados estadounidenses que deben extraer información de los prisioneros, pero se los critica duramente si cometen excesos en su tarea.
Otra enmienda, también incluida en la versión del Senado, busca aclarar el estatus legal de los centenares de “combatientes enemigos” en la base naval de Guantánamo, quienes permanecen detenidos sin cargos formales y de forma indefinida. Esa enmienda exige que la Casa Blanca rinda cuentas al Congreso sobre los procedimientos judiciales en contra de los detenidos, además de que prohíbe el uso de declaraciones obtenidas por la fuerza a la hora de determinar el futuro de los prisioneros.
La versión aprobada ayer por el Senado, por un total de 445.000 millones de dólares, tiene que ser armonizada con la que aprobó la Cámara de Representantes en junio pasado. Esa versión fue de un total de 408.900 millones de dólares y no incluye la enmienda sobre el trato de prisioneros. Para que se convierta en ley, las dos versiones tienen que ser armonizadas en un solo proyecto durante un proceso bicameral, para que luego sea promulgada por el presidente George W. Bush, posiblemente en noviembre. Si se aprueba la ley, los 50.000 millones de dólares disponibles para la guerra contra el terrorismo se agregan a los 361.000 millones que ha destinado hasta la fecha el Congreso para las operaciones militares y de reconstrucción en Irak y Afganistán, según cálculos del Servicio de Investigaciones del Congreso (CSR). Además, esa institución estimó que el gobierno de Bush ha gastado aproximadamente 7000 millones de dólares mensuales para sus operaciones bélicas en ambos países.
Como si fuera poco, se prevé que la Casa Blanca solicite más fondos para la guerra en Irak en febrero o marzo del próximo año, aun cuando el gasto promedio en ese país ha aumentado en 19 por ciento, en comparación con el año pasado. La aprobación del proyecto de ley de gastos se produce en momentos en que ha bajado el apoyo a Bush y a la guerra en Irak en las encuestas de opinión. Además, el ala conservadora del Congreso ha dejado clara su frustración sobre el rumbo de las acciones militares en Irak.

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