EL MUNDO
› CRISIS HUMANITARIA EN LA FRONTERA MARROQUI-ESPAÑOLA
Destino desierto para los expulsados
› Por Elizabeth Nash *
Desde Madrid
España y Marruecos estaban empantanados en conversaciones por la crisis, en un intento por resolver el desastre humanitario creado por la devolución de cientos de inmigrantes subsaharianos al desierto del Sahara después de que intentaran traspasar los muros de los enclaves españoles.
Atormentados por las duras imágenes de los inmigrantes desesperados que fueron dejados en la árida región en la remota frontera de Argelia, Marruecos comenzó durante el fin de semana a recoger a los que antes había abandonado para deportarlos a sus países de origen. Inicialmente Rabat había negado los informes del grupo Médicos Sin Fronteras que aseguraban que cientos de personas, incluyendo mujeres embarazadas, niños y heridos, habían sido llevados a regiones remotas del desierto sin agua o comida, y dejados a su suerte. Pero el sábado, convoyes de la policía marroquí y vehículos militares estaban transportando a los africanos de vuelta a Oujda, en la frontera norte marroquí con Argelia, donde senegaleses y malíes serían enviados en avión de vuelta a sus hogares.
El destino de los africanos de otros países, sin embargo, seguía incierto, a pesar de informes que aseguran que serían transportados en camiones hacia el Sahara Occidental y abandonados otra vez, para que se mueran de hambre y sed. Las imágenes de televisión mostraban ayer a africanos sacudiendo botellas de agua vacías en el desierto al tiempo que se los metía en colectivos dilapidados. Amnistía Internacional y otros grupos humanitarios denunciaron ayer las expulsiones masivas como ilegales. Madrid, mientras tanto, ha suspendido la expulsión masiva de africanos que forzaron la entrada a los territorios españoles de Ceuta y Melilla en los últimos días, hasta que Rabat garantice que serán tratados humanamente.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Laura Carpineta.