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› BOLAÑOS Y LOS SANDINISTAS ACORDARON UNA TREGUA
Los nicaragüenses sean unidos
“¿El síndrome Zoellick?” Así tituló ayer El Nuevo Diario de Nicaragua el sorpresivo pacto entre el presidente Enrique Bolaños y el líder del opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Daniel Ortega, que dejaría en suspenso la reforma constitucional aprobada en noviembre pasado por el Congreso hasta el 2007, cuando termina el actual período presidencial. La semana pasada, el subsecretario de Estado estadounidense, Robert Zoellick, había amenazado con excluir al país de futuros préstamos millonarios si “las fuerzas corruptas” –léase el pacto sandinista-liberal en el Congreso– no dejaban de operar contra del gobierno. El “síndrome Zoellick” parece haber afectado también al Parlamento en donde ayer, también sorpresivamente, se aprobó el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y Estados Unidos (Cafta por sus siglas en inglés).
Bolaños, en un mensaje a la nación, explicó que las reformas quedaron “congeladas” y que será el próximo gobierno junto con el nuevo Parlamento los que decidirán “eliminarlas o dejarlas”. Los cambios a la Constitución, promovidos por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y el FSLN, fueron el principal detonador de la crisis institucional. Le quitaban al Ejecutivo el control de las entidades de servicios de agua, energía y telecomunicaciones, a través de la creación de la Superintendencia de Servicios Públicos (Sisep). Ortega aseguró que las nuevas autoridades de la Sisep asumirán en enero de 2007 y que, mientras tanto, Bolaños seguirá nombrando a los funcionarios.