Por Alan Hall *
Desde Berlín

Llegó al poder haciendo un pacto fáustico con sus archienemigos y, ahora, Angela Merkel deberá vivir con las consecuencias. Mientras ayer salían a la luz los detalles sobre la composición de su nuevo gabinete, se volvía evidente que Merkel tendrá que gobernar Alemania con líderes del Partido opositor Social Demócrata (SPD) en muchos de los puestos claves del gobierno. El gabinete ciertamente no representa los vientos de cambio que Merkel había prometido traer a Alemania si era elegida. Se parece más a un club de viejos amigos y simpatizantes de Gerhard Schroeder que estarán cerca del eje del poder para hacer valer el mandato de su ex maestro aun mucho después de que él se retire.
El precio del acuerdo de poder compartido, que Merkel aceptó para gobernar a Alemania como la primera canciller mujer, fue entregar los ministerios claves al SPD. Ayer, muchos de estos espacios fueron entregados a caras y nombres familiares. Frank-Walter Steinmeier, el jefe de gabinete de Schroeder desde 1999 y una figura de 49 años relativamente desconocida de la escena política nacional, fue elegido por el SPD el jueves para ocupar el cargo de ministro de Exteriores, actualmente ejercido por Joschka Fischer. Peer Steinbrueck, de 58 años, fue ministro de Economía, de Finanzas y, luego, primer ministro de Renania del Norte-Westfalia –al igual que un buen amigo de Schroeder–, y reemplazará a Hans Eichel como ministro de Finanzas.
Franz Muenterfering, el líder del SPD que llevó al partido a girar a la izquierda después de que perdiera el estado clave de Renania del NorteWestfalia luego de casi 40 años en el poder, estigmatizando a los fondos de riesgo y a los especuladores “saltamontes” que se estaban aprovechando de Alemania, se converirá en vicecanciller y, también, en ministro de Trabajo. Otros miembros del gabinete del SPD incluyen a Ulla Schmidt y a Brigitte Zypries, que se mantendrán como ministros de Salud y de Justicia, respectivamente. Sigmar Gabriel, un antiguo primer ministro de Baja Sajonia, está nominado para convertirse en ministro de Medio Ambiente; y Wolfgang Tiefensee, el alcalde de Leipzig, se convertirá en ministro de Transporte. Nuevamente, todos amigos de su saliente mentor, Schroeder.
Ni los conservadores ni el SPD ganaron el apoyo suficiente en la elección del 18 de septiembre para formar un gobierno con los compañeros que deseaban, forzándolos a iniciar negociaciones de coalición entre ellos. Estas conversaciones se reanudarán seriamente el lunes. Los economistas ya predicen una suspensión de las reformas al sistema impositivo, los mercados laborales y al poder sindical que Merkel había prometido. El SPD, con poder en muchas de las carteras importantes, dictará tanto el ritmo como la estructura de cualquier reforma, y se cree que la mayoría de las propuestas serán más combatidas que apoyadas.
El único ministro conservador que fue nombrado hasta el momento es Edmund Stoiber, el tradicional líder de la Unión Social Cristiana de Bavaria (CSU), que ya se prepara para ocupar la cartera de Economía y Tecnología. Las conversaciones políticas continúan la próxima semana cuando Merkel intentará sacar a la fuerza una estrategia cohesiva antes de buscar la aprobación parlamentaria para convertirse en canciller –con una mayoría de cuatro escaños– al final del mes.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Laura Carpineta.