Sáb 22.10.2005

EL MUNDO

El lento paso de Wilma ya provoca destrozos, inundaciones y heridos

El huracán empezó a barrer la península de Yucatán. Ayer causó daños y anegamientos en Cozumel. También afectó a Playa del Carmen y Cancún. Por la extremada lentitud del avance, estará más tiempo en esa zona. Eso beneficia a la Florida, ya que llegará allí más debilitado.

Un día, un día y medio, probablemente dos. Los pronósticos no eran certeros hasta anoche, pero se sabía que el huracán Wilma iba a extender su visita a la península de Yucatán al menos durante 24 horas. Cincuenta mil personas permanecían a resguardo en los estados de Quintana Roo y Yucatán, oyendo el sonido atronador de los vientos y el choque de las lluvias que anunciaban la llegada del tifón de un momento a otro. Olas de hasta diez metros azotaron las playas de la región y dejaron algunas áreas tres metros debajo del nivel del mar. La peor noticia para los mexicanos es que la velocidad de desplazamiento de Wilma es de siete kilómetros por hora. Un dato que en el estado de Florida supone una buena noticia, ya que cuanto más tiempo permanezca en la península más debilitado llegará a Florida y los estragos que produzca allí podrían ser menores.
Cozumel está ubicada a 130 kilómetros de Cancún, y fue el primer punto terrestre al que arribó Wilma a las 13 de ayer. Si bien algunas previsiones indicaban que llegaría a ese lugar en la categoría 5 de la escala Saffir Simpson –el punto máximo–, finalmente el huracán tocó Cozumel en la categoría 4. Sus vientos superaban los 240 kilómetros por hora, con ráfagas de más de 280. Suficiente para que las autoridades de la isla emitieran la prohibición terminante de salir de las viviendas.
Según la información del Servicio Meteorológico Mexicano, el ojo de Wilma presentaba un diámetro de 55 kilómetros, mientras que el de su acción va de los 200 a los 350 kilómetros. Desde el SMN indicaron que “este sistema presenta potencial para intensificarse” y agregaron que se esperaban “efectos devastadores por lluvias intensas en la península de Yucatán, además de vientos huracanados y oleaje de 3 a 5 metros”.
El diámetro de Wilma provocará que sus efectos se sientan durante diferentes etapas, según lo hizo notar el gobernador de Quintana Roo, Félix González. “El ojo es enorme, lo que va a dar una aparente calma de 6-7 horas, es decir, va a haber la apariencia de que ya pasó el huracán, pero no es así”, aclaró. Tras ese período de calma “viene la parte de atrás del huracán y son 5-6 horas de vientos continuos, equivale a como si simultáneamente hubiera varios huracanes”, explicó González.
Se anunciaba que la lluvia caería hasta mañana por la madrugada en los principales centros turísticos de la región. Desde el Centro Nacional de Huracanes estadounidense destacaron que “si se queda sobre Yucatán por un período significativo, serán noticias terribles para México”, fueron las palabras del director del NHC, Max Mayfield. Este mismo anuncio implicaba una esperanza para los residentes de Florida, ya que eso quería decir “un huracán más débil entrando al golfo”, aseguró Mayfield. Si bien se creía que Wilma ingresaría a Estados Unidos hoy, su trayectoria y velocidad actual ahora sitúan esa entrada recién para el lunes.
Por su parte, el presidente mexicano, Vicente Fox, hizo un llamado a la población para extremar las precauciones y no correr riesgos innecesarios. “Bien vale la pena ir a un albergue, no apegarse a las pertenencias, no por cuidar la casa o el mueble pongamos en riesgo la vida de nuestros hijos”, afirmó el mandatario. El paso de Wilma ha originado ya cortes de energía eléctrica tanto en Cozumel como en Islas Mujeres, y el suministro se ha reducido el 90 por ciento en Cancún, donde también se regula el consumo del agua y unos ocho mil turistas permanecían en albergues. En esa zona balnearia el viento logró arrancar árboles desde su raíz, al igual que algunos carteles de tránsito.
Uno de los lugares que funcionaba como un singular refugio para 2500 personas era el deportivo Cuxin Baxal, por donde se paseaban chefs de gorro blanco y se servían comidas frías. “Nosotros sólo trajimos las colchonetas y el hotel envió a su personal para atender a los huéspedes, lo mismo que alimentos y bebidas para darlos gratis”, dijo Víctor Hugo García, jefe del albergue de la Dirección de Protección Civil del municipio. El lugar estaba plagado de colchonetas y los turistas optaban por dormir, leer o jugar a las cartas. “Tengo calor, mucho calor, pero aquí estoy seguro, o al menos eso espero”, comentó Tim Hazeldine, un ingeniero de Londres de 47 años, que pasó nueve días en Cancún.
En tanto, el ejército mexicano recorría ayer algunos barrios de la región que comenzaron a inundarse a causa de la crecidas de las aguas. La idea de los efectivos era llegar hasta los afectados que se negaron a abandonar sus hogares y convencerlos de partir hacia los refugios mientras aún era posible. También se preparan en el estado norteamericano de Florida, donde llaman a retirarse a los turistas que se encuentran en los cayos de Florida. En el condado de Monroe y en la isla Sanibel, las autoridades ordenaron una “evacuación voluntaria”. Según el jefe de policía de Sanibel, Bill Tomlinson, “se analizará realizar evacuaciones forzosas según cada caso”. Muchas escuelas y oficinas estatales fueron cerradas preventivamente en algunas comunidades, como Monroe y Broward.
En la región occidental de Cuba, cerca de 400 mil isleños habían sido evacuados, afirmó la Defensa Civil. Desde ese organismo, dijeron que las tareas continuaban bajo el lema “Nada es más importante que la vida”.
En tanto, seis personas resultaron heridas en Playa del Carmen, 80 kilómetros al sur de Cancún, luego de que se incendiara un tanque de gas que cayó de una vivienda. Así lo informaron los voceros de la Unidad de Protección Civil, quienes indicaron que los heridos estaban siendo atendidos.

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