Dos días después de la presentación del informe Mehlis, que implica a Siria en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, la policía de Líbano afirmó ayer poseer evidencias de un complot sirio para perpetrar atentados explosivos en Beirut y en sus alrededores para sembrar inestabilidad en el país tras la retirada de las tropas sirias. Por su parte, Siria rechazó el informe de la ONU, pero se declaró dispuesta a cooperar con la comunidad internacional en el caso. “El informe se basa en ideas preconcebidas que llevan a conclusiones que acusan y calumnian a Siria sin ninguna prueba”, afirmó el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Ahmad Arnous. Además, países como Estados Unidos y Reino Unido solicitaron la intervención del Consejo de Seguridad en el caso, aumentando la posibilidad de que la ONU imponga sanciones a Damasco.