EL MUNDO
› A PESAR DE LA VIOLENCIA, LOS MEDIOS ALOJADOS EN EL PALESTINA SE QUEDAN EN IRAK
Veinte muertos en un ataque al hotel símbolo
La zona céntrica de los dos hoteles donde EE.UU. derribó la estatua de Saddam fue blanco de tres atentados suicidas.
› Por Kim Sengupta y Patrick Cockburn*
Desde Bagdad
Un hotel céntrico de Bagdad en el que residen periodistas y contratistas extranjeros, y protegido por las tropas estadounidenses, fue atacado con tres bombas. Al menos 20 personas murieron y otras 42 quedaron heridas cuando los dispositivos detonaron afuera del hotel Palestina, en el centro de la ciudad. Se cree que algunos trabajadores de los medios estarían entre los heridos. Sin embargo, las empresas periodísticas extranjeras ya anunciaron que se quedarán en el país.
Los ataques fueron lanzados desde la plaza Firdous, adjunta al hotel, en la que las tropas estadounidenses derribaron la estatua de Saddam Hussein, lo que luego se convirtió en una de las imágenes icono de la guerra. Inmediatamente después, el presidente George W. Bush declaró que la guerra había concluido satisfactoriamente. El montaje del ataque de anoche fue uno de los más espectaculares de toda la creciente violencia insurgente que ha seguido y que es vista como un ejemplo vívido de cuán poco control tienen los estadounidenses y sus aliados iraquíes en el corazón de la capital.
Según el gobierno iraquí, la intención de los insurgentes era entrar por la fuerza al hotel y tomar prisioneros. Sin embargo, la concentración de los medios en ese vecindario también les presentaba, a los atacantes, la posibilidad de una amplia cobertura internacional. Fue la segunda vez que el Palestina, de 19 pisos, es atacado causando muertes. Cuando las fuerzas estadounidenses realizaban sus primeras incursiones en Bagdad, un tanque norteamericano Abrams bombardeó el hotel, matando e hiriendo a periodistas.
Sobre el ataque de ayer dijeron que un camión mezclador de cemento lleno de explosivos se habría dirigido hasta la pared de concreto de 3,2 metros que rodea el Palestina y otro hotel, el Sheraton. Un auto, que también llevaba una bomba y estaba estacionado al lado del camión, explotó casi simultáneamente. Alrededor de dos minutos después, una tercera bomba detonó detrás de la 14º mezquita Ramadán que está en frente de la plaza. Informes no confirmados aseguraron que varios cohetes también fueron disparados en la zona.
Las explosiones regaron de desechos los alrededores. Una nube negra de polvo se esparció sobre el centro de la ciudad durante el final de la tarde, cuando las personas locales se preparaban para el ifthar, el final del ayuno de Ramadán. Las fuerzas estadounidenses e iraquíes llevaron inmediatamente refuerzos a los hoteles que son utilizados como las oficinas centrales de las cadenas televisivas norteamericanas Fox News, Associated Press y la estación de televisión financiada por Estados Unidos, Alhurra. Otras organizaciones de noticias, incluyendo la BBC y Reuters, tienen sus bases cerca de allí.
A las bombas le siguieron un largo período de disparos. La policía iraquí afirmó que fueron atacados por francotiradores, aunque los testigos aseguraron que la policía abrió fuego con armas pesadas al azar luego de los ataques. Las explosiones destruyeron las ventanas del Palestina y causaron un extenso daño adentro. Al menos seis personas fueron heridas dentro del hotel, y, según las agencias de noticias, varios fotógrafos estarían dentro del número de personas que murieron fuera del edificio. Un auto blindado Brandley del ejército estadounidense quedó dañado, aunque el Pentágono comunicó que no hubo norteamericanos muertos. Mouwafak al Rubaei, el asesor de seguridad nacional del gobierno iraquí, declaró que el ataque fue un “esfuerzo muy bien planeado y muy claro” para hacerse con el control del hotel y tomar rehenes.
“Tres autos llegaron de tres calles diferentes, uno detrás del otro, para crear brechas en la seguridad para los terroristas. Estaban armados con lanzagranadas y armas livianas”, explicó. “El plan era muy claro para nosotros: se trataba de controlar la seguridad de los dos hoteles y tomar a los periodistas extranjeros y árabes como rehenes para utilizarlos para negociar.” El capitán Abdul Mohammed Ghani, de la policía, dijo: “Tuvimos muchas muertes”. El viceministro del Interior, Hussein Kamal, agregó: “Hay cuatro o cinco policías iraquíes entre los muertos, pero también han muerto civiles”. Ahmed Safaa Hamid, que fue testigo de las explosiones, aseguró: “Fueron muy, muy grandes, una atrás de la otra. También hubo muchos disparos de rifle por todos lados. Las ambulancias se llevaron muchos cuerpos. Había sangre, vidrios y metal por todos lados y mucha gente herida, gritando y llorando”.
La violencia continuaba en otra parte en Irak, arrojando en otras 24 muertes. Doce trabajadores de la construcción murieron cerca de Mussayib, 64 kilómetros al sur de Bagdad, y un policía encontró seis cadáveres, de tres mujeres y tres hombres, en el pueblo de Iskandariyah. Un marine estadounidense fue asesinado en Ramadi, incrementando el número de soldados norteamericanos muertos en operaciones de combate desde la invasión a 1994. Más tarde, varias bombas colocadas en uno de los muros de la refinería de Baiji, en el norte de la capital iraquí, explotaron, dejando cinco muertos y nueve heridos, todos iraquíes. Las explosiones sucedieron cuando se realizaba una reunión entre los responsables administrativos iraquíes y sus pares estadounidenses.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Laura Carpineta