Sáb 29.10.2005

EL MUNDO

Redoblando el desafío al pequeño y al Gran Satán

En un clima de pasiones exacerbadas por las denuncias de EE.UU. sobre el programa nuclear iraní, Teherán repitió ayer que quiere borrar a Israel del mapa. Y recibió la condena del Consejo de Seguridad.

› Por Angus McDowell y Colin Brown*
Desde Teherán

El Consejo de Seguridad habló. Los miembros de ese organismo condenaron ayer los comentarios de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, pidiendo que Israel sea “borrado del mapa”. El Consejo expresó así su apoyo a la declaración del secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien el jueves manifestó que “según la Carta de las Naciones Unidas, todos los miembros se comprometieron a no recurrir a las amenazas o a la fuerza contra la integridad territorial o a la independencia política de un Estado”. Pero, en una nueva vuelta de tuerca de la escalada retórica, Ahmadinejad volvió a desafiar la indignación de la comunidad internacional llamando de nuevo a la destrucción de Israel al unirse a una manifestación en Teherán por el Día de Jerusalén.
Kofi Annan expresó su “consternación” por las declaraciones de Ahmadinejad y recordó que Israel es un miembro de larga data de la ONU, “con los mismos derechos y obligaciones que todos los demás miembros”. El embajador israelí ante la ONU, Dan Gillerman, expresó por su parte que su país valoraba la declaración del Consejo de Seguridad. “Israel le da la bienvenida a la condena del Consejo de Seguridad a las declaraciones escandalosas del presidente de Irán, declaraciones que no sólo son alarmantes y peligrosas, sino que han desenmascarado en qué medida el extremismo, fundamentalismo y locura (son) de hecho parte de ese régimen amenazante para el mundo”, indicó. “Esperamos que este mensaje sea escuchado alto y claro en Teherán”, dijo el representante israelí.
Sin embargo, el presidente iraní siguió firme a sus declaraciones y estaba ayer en las calles de la capital con manifestantes ondeando carteles llamando a la “muerte de Estados Unidos”. El político populista revolucionario dijo: “Mis palabras son las palabras de la nación iraní. Los occidentales tienen libertad de hablar, pero sus declaraciones no son válidas”. La tormenta diplomática llega en un momento peligrosamente volátil para Irán, con Estados Unidos presionando para que Teherán sea llevado al Consejo de Seguridad de la ONU por su programa nuclear. “Ahmadinejad habla por todos los iraníes. Estamos preparados para morir por Palestina”, dijo Mohammed Mirzayi, de 25 años, en la manifestación.
Mientras un número estimado de un millón de personas se unieron a las protestas antiisraelíes en todo el país, muchos iraníes expresaron su consternación por el daño hecho a la imagen de su país. “En el mundo de hoy debemos tener relaciones con todos los otros países, incluso con las potencias”, dijo Nahid, un profesor de 50 años. “No es racional aislarnos como lo hicimos en el pasado.” Desde la revolución islámica de 1979, Irán se ha negado a reconocer a Israel e incluso ha rechazado negociaciones palestinas para una solución pacífica. Su antipatía radica en parte en la íntima relación del sha con Israel antes de la revolución y en parte por un deseo de tomar el liderazgo en la opinión del mundo musulmán. La manifestación de ayer fue un evento anual que marca el Día de Jerusalén pero que fue este año más grande de lo habitual. Muchos de aquellos manifestando eran miembros de la milicia del Basij Islámico, cuyos miembros son usualmente llevados en ómnibus a las ciudades para manifestaciones a favor del régimen.
Ahmadinejad ganó la presidencia a través de la apelación a iraníes pobres, a quienes agradaban su imagen tradicional y las promesas de distribuir la riqueza petrolera entre los pobres. “No veo que se vaya a producir ningún cambio de política significativo”, dijo un analista en Teherán que pidió el anonimato. “El presidente estaba apelando a sus partidarios y no se dio cuenta de cómo sus palabras serían entendidas en el exterior. Es un poco ingenuo. Ahora no se puede retractar sin parecer ridículo.”
En Londres, el canciller británico, Jack Straw, ayer mantuvo negociaciones diplomáticas de alto nivel para aislar a Irán luego de que Tony Blair criticó al presidente iraní, pateando un avispero entre parlamentarios laboristas de menor nivel que temen que Gran Bretaña pueda verse envuelta en acciones militares estadounidenses. Importantes diplomáticos británicos dijeron anoche a The Independent que Blair no tenía intenciones de amenazar con acciones militares. “Este fue una espectacular metida de pata propia de Mahmoud Ahmadinejad”, dijo una importante fuente británica. “Ahora realmente temen al aislamiento.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Virginia Scardamaglia.

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