Mar 08.11.2005

EL MUNDO

La contradicción de Bush respecto de la tortura

El Supremo de EE.UU. decidirá si el presidente puede crear tribunales militares. “No torturamos”, dijo George W., quien se opone a la enmienda que prohíbe la tortura.

› Por Yolanda Monge*
Desde Washington

La Corte Suprema de Estados Unidos dijo que decidirá si el presidente del país, George W. Bush, tiene el poder para crear tribunales militares especiales que juzguen a los detenidos en Guantánamo, Cuba, por crímenes de guerra. La decisión de la Corte cuestiona la política de la administración republicana respecto de la guerra contra el terrorismo y sus tribunales especiales. El máximo tribunal aceptó revisar el caso de Salim Ahmed Hamdan, yemení acusado de ser el guardaespaldas de Osama Bin Laden, para que sea juzgado por un tribunal militar. La Corte oirá los argumentos en marzo o abril y se espera que dicte una decisión para el mes de junio. Sin embargo, el Pentágono anunció ayer que cinco detenidos en Guantánamo fueron acusados por cargos de terrorismo y serían juzgados por un tribunal militar especial.
No es ésta la primera vez que la Corte Suprema decide en un caso relacionado con la guerra contra el terrorismo después de que en junio de 2004 la máxima corte asestará un golpe a la política del Gobierno de Bush al sentenciar que los prisioneros en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba) podían ser juzgados en tribunales ordinarios de Estados Unidos. Los tribunales militares, formalmente llamados “comisiones militares”, fueron autorizados por el Comandante en Jefe del Ejército de Estados Unidos, George W. Bush, tras los ataques del 11-S de 2001. En la cárcel de Guantánamo se encuentran detenidos bajo custodia de Estados Unidos más de 500 personas sospechosas de pertenecer a Al Qaida.
Desde Panamá, Bush hizo ayer una defensa de los interrogatorios en la guerra contra el terrorismo, a la vez que manifestó su rechazo a una enmienda de ley planteada en el Senado que prohíbe la tortura a detenidos bajo custodia norteamericana. “Existe un enemigo que amenaza y planea herir de nuevo a América... Pueden apostar que los perseguiremos sin respiro pero siempre dentro de la ley”, confirmó el presidente. “Estados Unidos no tortura”, finalizó Bush. La Casa Blanca se opone a la enmienda que prohíbe la tortura y el vicepresidente Dick Cheney busca que la CIA quede exenta de tal ley.
El capitán del ejército Ian Fishbach, que estuvo en Irak y en Afganistán, declaró públicamente según Newsweek que su jefe, Donald Rumsfeld, le mintió al Congreso cuando testificó que las fuerzas estadounidenses seguían las convenciones de Ginebra. Agregó que él había visto personalmente que no se respetaban esas leyes y que los prisioneros eran torturados y abusados.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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