El ministro de Economía de Brasil, Antonio Palocci, volvió a ganar protagonismo en la crisis ya que, por un lado, deberá comparecer frente a una comisión del Senado para responder a denuncias en su contra. Por otro lado, Fuerza Sindical, la segunda central sindical de Brasil, pidió ayer la renuncia de Palocci, ya que consideran que su permanencia en el cargo es “insostenible”, dada la cantidad y la vigencia de las denuncias que pesan sobre él. El Congreso brasileño está dando los primeros pasos para acusar formalmente al publicista Marcos Valerio y al ex tesorero del Partido de los Trabajadores (PT) Delubio Soares, las “piezas centrales del rompecabezas” que empieza a tomar forma con las investigaciones.
Un informe legislativo recomendaba ayer acusar a los dos sospechosos de participar en el supuesto esquema de desvío de fondos públicos para financiar al partido gubernamental. De ser aprobado por la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que investiga las acusaciones, el documento será elevado al Ministerio Público, con la solicitud de que tramite las acusaciones ante la Justicia. El informe pide inculpar a Valerio de seis delitos, entre ellos fraude contable, tráfico de influencias y lavado de dinero. Soares, en cambio, sólo sería culpable de tráfico de influencia y de crimen electoral.