Con el presidente Ricardo Lagos metido de lleno en la campaña para las elecciones del domingo, los candidatos presidenciales chilenos de la derecha enfocaron sus críticas sobre la intervención presidencial. La tensión explotó ayer luego de que Lagos cuestionara el domingo a los dos candidatos de derecha, el empresario Sebastián Piñera y su antiguo rival, Joaquín Lavín. “He visto que más allá de este verdadero festival de la demagogia que ha montado la derecha, nadie se mete realmente la mano al bolsillo”, cuestionó el mandatario, que actualmente se encuentra de gira por México, refiriéndose a las propuestas de mayor igualdad y erradicación de la pobreza formuladas por la oposición. Las reacciones no se hicieron esperar. Piñera, de Renovación Nacional (RN), dijo que Lagos debe decidir entre ser el “jefe de la campaña de la Concertación” o “el presidente de todos los chilenos”.
“En las últimas semanas, la mitad de su gabinete (de Lagos), en vez de gobernar bien y hacer bien su tarea, se ha dedicado a atacarme por mi carácter de empresario”, añadió Piñera, que a partir de las críticas gubernamentales anunció que venderá todas sus acciones, entre ellas se destacan las de Lan Chile y Lan Argentina. La Unión Democrática Independiente (UDI), de Lavín, también contestó. “Decir que la oposición es demagógica es una ofensa gratuita y una ingratitud de Lagos, porque él ha podido gobernar con una oposición que le ha facilitado mucho las cosas, además de estar complicado por la baja de las encuestas de Bachelet”, aseguró el senador Jovino Novoa, cuestionando las verdaderas motivaciones del presidente chileno, que dejará el gobierno con un inusualmente alto 67 por ciento de popularidad.
La cuestión del crecimiento económico y la desigualdad es el elemento central del pase de facturas entre la derecha y la Concertación. La agrupación de centroizquierda gobierna desde 1990 y la oposición conservadora la cuestiona por haber profundizado la brecha entre pobres y ricos mientras el país crecía. La Concertación, en cambio, responsabiliza a RN y a la UDI por bloquear sus iniciativas sociales. Sin embargo, todos pregonan en sus campañas la necesidad de una distribución más equitativa. En medio del festival de acusaciones y agravios, los cuatro candidatos principales –la oficialista Michelle Bachelet, Piñera, Lavín y el humanista Tomás Hirsch– se preparaban para cerrar las campañas el próximo jueves. La ex ministra de Defensa de Lagos ya adelantó que terminará su gira por el país con una manifestación en la céntrica Alameda Bernardo O’Higgins con personalidades del mundo de la cultura e invitados especiales, como la primera dama argentina, Cristina Fernández, el miércoles. Piñera también intentará “ganar la calle” y podría incluso hacerlo a pocos metros del acto oficial de Bachelet. Por su parte, Lavín encabezará dos grandes actos acompañado por sus candidatos para el Senado. Por último, Hirsch, el candidato de la izquierda, cerrará el jueves con varios actos populares en Santiago, con discursos políticos, exposiciones de arte y manifestaciones con ollas populares.
Aunque la campaña parecía dominar el ambiente en Santiago, el juez Víctor Montiglio reavivó la causa contra Augusto Pinochet por la Operación Colombo. Montiglio sumó los casos de tres víctimas ejecutadas entre 1974 y 1975 a las seis que ya habían fundamentado el procesamiento y el arresto del ex dictador dos semanas atrás. Sin embargo, no todas fueron malas para el ex presidente de facto, ya que el juez decidió rechazar otros cuatro casos, dentro de la misma iniciativa militar, por entender que eran cosa juzgada.