EL MUNDO
La muerte camina en pareja entre los aspirantes a policías de Bagdad
Un doble ataque suicida se registró ayer contra la Academia de Policía de Bagdad, matando a 36 personas. Y otro terrorista suicida mató a tres personas e hirió a veinte.
› Por Angeles Espinosa*
Desde Ammán
Al menos 36 iraquíes murieron ayer en un doble ataque suicida contra la Academia de Policía de Bagdad. Casi ochenta personas más resultaron heridas, entre ellas un contratista estadounidense. Un comunicado de Al Qaida en Irak justificó el atentado, porque “la policía persigue a la minoría árabe sunnita”, una acusación que el gobierno, mayoritariamente chiíta, se apresuró a desmentir. Horas más tarde, otro terrorista suicida mató a tres personas e hirió a otra veintena en un café de la capital. También ayer se celebró la cuarta sesión del juicio contra Saddam Hussein, que amenazó con boicotear el proceso.
La primera explosión se produjo hacia la una menos cuarto de la tarde, cuando los cadetes de la policía se dirigían al comedor tras una práctica de tiro, según declaró Nizal Jalaf, uno de los supervivientes, a la agencia Reuters. Convencidos de que se trataba de un ataque desde el exterior, tanto oficiales como alumnos de la Academia corrieron a refugiarse en un bunker, donde el segundo suicida, que se encontraba entre ellos, detonó su chaleco explosivo. “Dos hermanos han logrado realizar un nuevo ataque que ha tenido como objetivo la Academia de Policía que diploma a los perros que hacen correr la sangre y muerden los cuerpos de los sunnitas”, afirmaba pocas horas después el grupo que dirige Abu Musab al Zarqawi, en un texto difundido en Internet, cuya autenticidad resulta difícil de establecer. Al principio, un portavoz militar estadounidense habló de dos mujeres suicidas, pero finalmente parece que fueron dos hombres los que lograron burlar los controles de seguridad e infiltrarse entre los cadetes. Es la segunda vez en una semana que los terroristas atacan a las fuerzas iraquíes, un objetivo más fácil que los soldados estadounidenses que los entrenan y dan apoyo. Pero no fue el único incidente violento que ayer se produjo en el país. Al menos otras 15 personas resultaron muertas en diversos incidentes y se encontraron 9 cadáveres al sur de Bagdad. Además, el grupo Ejército Islámico en Irak anunció, en un video difundido por Al Jazeera, el secuestro de un ciudadano norteamericano, Ronald Schulz, al que amenazó con matar en 48 horas si no se libera a todos los presos que hay en Irak. Con él son ya siete los occidentales secuestrados desde el pasado 25 de noviembre (dos canadienses, otro estadounidense, una alemana, un británico y un francés).
Desde Washington, el presidente George W. Bush replicó que “EE.UU. no paga rescates”.
Mientras tanto, se celebró la cuarta sesión del juicio contra Saddam Hussein por la matanza de Dujail. Por primera vez desde la apertura del caso el pasado 18 de noviembre, dos mujeres dieron testimonio. Ambas, identificadas como Testigo A y Testigo B, por temor a su seguridad, declararon desde detrás de una pantalla y con sus voces distorsionadas electrónicamente para que no puedan ser reconocidas. Como cientos de otros vecinos de Dujail, fueron detenidas tras el intento de asesinato a Saddam que se produjo en esa localidad en 1982. Otros 148, todos chiítas, resultaron asesinados. El ex presidente iraquí, que está acusado de crímenes contra la humanidad por esos hechos, se enfrenta a la pena capital. El dictador, que inicialmente escuchó impertérrito las declaraciones de sus acusadoras, terminó perdiendo los estribos, levantándose de su sitio, mientras gesticulaba. “He sido condenado a muerte tres veces. Esta no va a ser la primera vez”’, les espetó antes de quejarse de que los militares norteamericanos lo mantienen encerrado en una jaula y amenaza con boicotear las audiencias. “¡Váyanse al infierno!”, les llegó a decir.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.